El Ministerio de Defensa de Rusia anunció este mes de agosto que durante una reunión en El Cairo con la oposición moderada siria se acordó el funcionamiento de la tercera zona de distensión situada al norte de la ciudad de Homs, que abarca 84 poblaciones con más de 147.000 habitantes.
"Llegamos el 3 de agosto para efectuar el control de paso, la situación es tranquila, los lugareños nos tratan bien, diariamente pasan de 100 a 150 personas y de 20 a 30 autos", informó este jueves a los periodistas el militar ruso Vitali Afanásiev.
Los militares rusos del Centro de Reconciliación suministraron con anterioridad ayuda humanitaria (harina, azúcar, granos y conservas) a esta zona, en la que según datos de la policía militar rusa actúan una decena de grupos que pelan entre sí y a menudo atacan a los militares sirios.
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Los que sufren más en esta situación son los civiles que hasta hace poco vivían literalmente encerrados en esta área controlada por yihadistas, sin tener acceso a los víveres y los medicamentos.
"Soy del distrito de Alvar, donde también habían combatientes que no querían irse, pero Rusia al llegar aquí pudo acordar con ellos que abandonaran esta zona, lo cual se hizo y la situación mejoró notablemente", dice Hasan Rumiyat, que habla ruso porque estudió un tiempo en Odesa (ciudad de Ucrania) y a veces actúa como intérprete de los militares rusos y los habitantes de la zona en este puesto de control.
Siria vive desde marzo de 2011 un conflicto armado en el que las tropas gubernamentales se enfrentan a grupos armados de la oposición y a organizaciones terroristas.
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Según datos de altos cargos de la ONU, entre 300.000 y 400.000 personas perdieron la vida en el conflicto.
