"Si (la utilización de armas químicas en Jan Sheijun) se demuestra definitivamente, esperamos que nuestros socios rusos y de Pekín estén dispuestos, primero, a garantizar que nunca se repita, y segundo que los responsables sean llevados ante la justicia", dijo Schaefer en rueda de prensa en Berlín.
El supuesto empleo de una sustancia tóxica en Jan Sheijun provocó la muerte de más de 80 personas y medio millar de intoxicados el 4 de abril, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS).
La Organización para la Prohibición de Armas Químicas (OPAQ) confirmó el 29 de junio que se trataba de sarín, un gas nervioso.
El informe correspondiente fue compartido con los Estados partes de la Convención sobre Armas Químicas y enviado al Consejo de Seguridad de la ONU y al Mecanismo Conjunto de Investigación OPAQ-ONU (JIM, por sus siglas en inglés), creado en 2015 para determinar en lo posible a individuos, entidades, grupos o gobiernos implicados en el uso de armas químicas en Siria.
El presidente sirio, Bashar Asad, en una entrevista con Sputnik, calificó lo ocurrido de una provocación para justificar el ataque que EEUU lanzó tres días después contra la base aérea de Shairat, en la provincia de Homs.
En la madrugada del 7 de abril EEUU disparó 59 misiles de crucero Tomahawk desde dos buques de guerra emplazados en el Mediterráneo contra la base de Shairat, en represalia por el incidente de Jan Sheijun, momento que fue aprovechado por los terroristas para realizar una ofensiva en Homs y Palmira.
Según EEUU, que no esperó una investigación ni presentó pruebas irrefutables, del aeródromo de Shairat habían salido aviones sirios para bombardear Jan Sheijun.
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El Gobierno sirio subrayó que nunca empleó sustancias tóxicas contra la población, ni la oposición, ni los terroristas.