"Este bloqueo no afecta a Gobiernos, pero sí perjudica a la gente", dijo Abadi citado por Reuters.
El jefe del Gobierno iraquí adelantó que pedirá aclarar las denuncias contra Catar.
A la vez, el embajador de Bagdad en El Cairo y representante permanente de Irak ante la Liga Árabe, Habib Hadi al Sadr, declaró a Sputnik que su país no tiene la intención de aprovechar la actual crisis diplomática para vengarse por sus problemas con el terrorismo.
"Pese a que Irak se ha visto más afectado que otros por las acciones de los Estados que financian el terrorismo, le proporcionan información y que realizaron actividades destructivas en nuestro territorio, no tenemos la intención de usar esta oportunidad (la crisis alrededor de Catar) para vengarnos de nadie", dijo el diplomático.
Indicó a la vez que Bagdad "no desea implicarse en esta crisis, sino prefiere contribuir a su solución".
El 5 de junio, Arabia Saudí, Bahréin, Egipto y Emiratos Árabes Unidos anunciaron la ruptura de las relaciones diplomáticas y la suspensión de las comunicaciones terrestres, marítimas y aéreas con Catar, tras acusar a Doha de apoyar el terrorismo.
A día siguiente, la Agencia de Aviación Civil de Arabia Saudí canceló todas las licencias concedidas a Qatar Airways y ordenó el cierre de sus oficinas en el plazo de 48 horas.
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La denegación del espacio aéreo obliga a los aviones cataríes a pasar por Irán, Irak y Jordania antes de continuar hacia el sur de Europa o el norte de África, o sobrevolar Irán y Turquía en los vuelos hacia Europa del Norte y Central y la región del Atlántico Norte.
Al boicot diplomático de Catar se sumaron posteriormente Libia, Yemen, Maldivas, Mauritania y Comoras; Jordania y Yibuti redujeron el nivel de sus lazos diplomáticos con Doha; Senegal, Chad y Níger llamaron a consultas a sus embajadores en Catar.
El Gobierno de Catar lamentó el bloqueo diplomático al calificarlo de "injustificado", y aseguró que todas las acusaciones carecen de fundamento.