En la operación en Yemen participaron cerca de 1.000 militares de Catar.
El 5 de junio, Arabia Saudí, Bahréin, Egipto y Emiratos Árabes Unidos anunciaron que rompían las relaciones diplomáticas y suspendían las comunicaciones terrestres, marítimas y aéreas con Catar, al que acusaron de patrocinar el terrorismo.
Catar fue excluido también de la coalición multinacional liderada por Riad que interviene en el conflicto de Yemen desde marzo de 2015.
Al bloqueo diplomático se sumaron posteriormente Libia, Yemen, islas Maldivas y Comoras, así como Mauritania.
También Jordania decidió rebajar el rango de las relaciones con Catar retirando a su embajador.
Catar lamentó el boicot diplomático al calificarlo de "injustificado" y aseguró que todas las acusaciones carecen de fundamento.
Desde 2014, Yemen es escenario de violentos enfrentamientos entre los rebeldes hutíes del movimiento Ansar Alá y los partidarios del expresidente Alí Abdalá Saleh y las fuerzas leales al presidente Abdo Rabu Mansur Hadi a las que apoya una coalición de países del golfo Pérsico y África del Norte liderada por Arabia Saudí.