"Doha y Riad llevan compitiendo los últimos años en distintos países de la región", dijo.
El experto indicó que esta competencia se reveló por la primera vez en Egipto, cuando tras la llamada primavera árabe asumió los poderes Mohamed Mursi del grupo los Hermanos Musulmanes, apoyado por Catar.
Según el experto, uno de los focos de la confrontación actual entre Riad y Doha se encuentra en Siria, "donde Arabia Saudí apoya al grupo Frente al Nusra, mientras Catar respalda ocultamente a Daesh", los dos grupos terroristas proscritos en Rusia.
A juicio de Evséev, este conflicto llegaría a la superficie tarde o temprano, y las informaciones de que Catar cree necesario normalizar las relaciones con Irán solo reveló esta confrontación.
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Riad, señaló, siempre buscó convertirse en una fuerza predominante en el mundo suní, pero "Catar efectuó sus propias políticas, no acordadas con Arabia Saudí".
El experto agregó que Riad no pretende escindir la región del golfo Pérsico, sino que está interesado en conseguir un consenso, "por ejemplo lograr que Catar atienda más los intereses de Arabia Saudí".
Según este analítico, Catar y Arabia Saudí encontrarán alguna solución a la actual crisis diplomática, "pero no completa, y más tarde la situación se agravará".
Evséev apuntó que Emiratos Árabes Unidos se sumaron a la iniciativa de romper los lazos diplomáticos con Catar por sus propias discrepancias en Libia.
"Emiratos Árabes Unidos apoyan al Gobierno de Tobruk, mientras Catar respalda a los islamistas radicales, en particular a Daesh", explicó.
Un total de siete países —Arabia Saudí, Bahréin, Egipto, Emiratos Árabes Unidos, Libia, Yemen y Maldivas— anunciaron que rompen relaciones diplomáticas con Catar por el supuesto apoyo de este país al terrorismo.
Riad, Manama, El Cairo y Abu Dabi anunciaron también la suspensión de las comunicaciones terrestres, marítimas y aéreas con la monarquía del golfo Pérsico.
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Catar tiene una sola frontera terrestre, con Arabia Saudí, y es separado por el estrecho de Bahréin en el golfo Pérsico, por lo que el corte de comunicaciones lo relega a la condición de Estado insular.
El conflicto entre Catar y otros actores regionales se desató después de que la agencia de noticias QNA citara unas supuestas declaraciones del emir catarí a favor de normalizar las relaciones con Irán.
Las declaraciones fueron publicadas una semana después de la cumbre de EEUU y varios países musulmanes en Riad, en la que el anfitrión del encuentro, Arabia Saudí, condenó a Teherán en nombre de todos los participantes por implementar una política hostil en la región.
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El Ministerio de Exteriores catarí afirmó más tarde que el polémico discurso era falso, obra de piratas informáticos que habían atacado el sitio web de la agencia, pero Arabia Saudí, Bahréin y Emiratos Árabes Unidos dieron poco crédito a la explicación.
La actual crisis diplomática entre Catar y otros países de la región no es la primera.
En 2014, Arabia Saudí, Bahréin y Emiratos Árabes Unidos retiraron a sus embajadores de Doha en protesta por el apoyo catarí a organizaciones chiíes que consideran terroristas.