Así, este ataque señaló la inconsistencia de los extremistas de realizar el alto el fuego que permitió efectuar la evacuación de los habitantes de las localidades de Fua y Kefraya, han afirmado desde Damasco.
"Este cobarde atentado terrorista resultó en la masacre de más de 120 niños y mujeres y en más de 200 heridos entre ciudadanos inocentes ", dicen los documentos enviados a la ONU, citados por la agencia estatal siria Sana.
Además, ha sostenido en estas cartas la falta de reacción por parte de Occidente hacia este trágico atentado. "Cabe señalar que algunos países que afirman ser defensores de los derechos humanos no han condenado este ataque que solo puede considerarse un crimen de guerra y un crimen de lesa humanidad", se afirma en el documento.
El atentado tuvo lugar el 15 de abril, cuando un terrorista suicida detonó su coche bomba cerca de un aparcamiento de autobuses en Al Rashidín, un área controlada por los rebeldes y donde los evacuados de Fua y Kefraya esperaban luz verde para proseguir su camino hacia Alepo.