"El objetivo principal de estos ataques terroristas fue atentar contra la estabilidad y la seguridad de los ciudadanos, el concepto de reconciliación nacional y la solución política" de la crisis siria, dijo.
Más tarde el Ministerio de Exteriores de Siria, citado por la agencia SANA, indicó que los atentados son una respuesta a los éxitos del Gobierno sirio y sus aliados en la lucha antiterrorista.
"Su objetivo era aumentar los sufrimientos del pueblo de Siria y socavar los esfuerzos encaminados a poner fin a la crisis en el país", dice el comunicado ministerial.
La Cancillería siria calificó de "inaceptables" todos los intentos de otros países de justificar estos crímenes, sea cual sea el grupo que está detrás de los atentados.
"El rechazo a apoyar los esfuerzos del Gobierno de Siria en la lucha contra los terroristas solo se puede calificar de apoyo al terrorismo en todas sus formas", subrayó.
Se informó que un atacante suicida se hizo estallar en el Palacio de Justicia en Damasco, causando al menos 35 muertos y más de 45 heridos.
Todavía ningún grupo ha reivindicado estos ataques.
Los atentados se produjeron en el trasfondo de la tercera ronda de las negociaciones sobre la resolución para Siria que concluyó este 15 de marzo en la capital kazaja, Astaná, y que fue boicoteada por la oposición armada, aunque todavía es posible que unas consultas adicionales con la participación de los opositores se celebren el jueves.
Siria vive desde marzo de 2011 un conflicto armado en el que las tropas gubernamentales se enfrentan a grupos armados de la oposición y a organizaciones terroristas como Daesh (autodenominado Estado Islámico) y Frente al Nusra, ambas prohibidas en Rusia.
Según datos de altos cargos de la ONU, entre 300.000 y 400.000 personas perdieron la vida en el conflicto.
