"La retirada de miembros de grupos armados y sus familiares se llevará a cabo gradualmente, durante seis u ocho semanas", dijo Al Barazi.
Los combatientes que no quieran acogerse a la amnistía declarada por el presidente Bashar Asad, continuó el gobernador, tendrán la oportunidad de trasladarse a la provincia de Idlib, controlada por los insurgentes.
Siria lleva seis años sumida en un conflicto armado que, según la ONU, provocó entre 300.000 y 400.000 muertos, aunque su escala se redujo con la entrada en vigor de un armisticio acordado con la mediación de Rusia y Turquía a finales de 2016.
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La tregua no se extiende a organizaciones terroristas, entre ellas Daesh (autodenominado Estado Islámico) y Frente al Nusra (actualmente, Frente Fatah al Sham), ambas proscritas en Rusia y otros países.