De momento, en esta región se encuentran grupos kurdos que Ankara considera terroristas.
Erdogan afirmó que la operación tiene como meta limpiar de terroristas un territorio de 5.000 kilómetros cuadrados y crear una zona de seguridad para la acogida de refugiados.
Los rebeldes sirios apoyados por Turquía arrebataron a los terroristas de Al Bab, una ciudad estratégica que se encuentra a unos 40 kilómetros al noreste de Alepo y une los cantones de Afrin y Kobane, controlados por milicias kurdas.
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La intervención militar turca provoca el rechazo de Damasco, que acusa a Ankara de vulnerar la soberanía nacional, y de los kurdos sirios porque, a su juicio, la operación apunta contra ellos más que contra los grupos yihadistas.