Una de las piedras angulares de las consultas de Astaná fue el problema del distrito Wadi Barada, controlado por la oposición, de donde se suministra agua potable a Damasco.
"Mientras los terroristas sigan cortando suministros de agua a Damasco, el Ejército continuará la operación", dijo.
Jaafari subrayó que en Wadi Barada se encuentra la única fuente de agua para Damasco, con la que se abastecen siete millones de personas.
"Estos siete millones de personas ya llevan 41 días sin agua", recordó.
El suministro de agua a Damasco desde la fuente de Ain al Fijeh, en el valle del río Barada, se interrumpió el pasado el 22 de diciembre, después de que los enfrentamientos dañaran la principal instalación de bombeo.
El pasado 11 de enero, las autoridades de Siria anunciaron haber logrado un acuerdo preliminar con los grupos armados presentes en las afueras de Damasco, para que se retiren hacia la provincia de Idlib. Tras su repliegue sería posible proceder al desminado de la zona y enviar brigadas de obreros para reparar las instalaciones dañadas.
Mientras, la población tiene que comprar agua embotellada a precios descontados en todos los barrios de Damasco.