Israel dice que las estructuras eran "ilegales" mientras que los árabes sostienen que las autoridades no les dan permisos para construir.
Las tiendas, las escuelas y las oficinas de los gobiernos locales, figuran entre las que han cerrado sus puertas a lo largo del día para protestar por la demolición de las viviendas en Qalansuwa.
Los once diputados de la Lista Árabe Unida no han acudido hoy a la Kneset en solidaridad con la protesta.
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En una reunión que ha tenido lugar este 11 de enero en Qalansuwa se ha acordado celebrar una manifestación que concluirá en el área donde han tenido lugar las demoliciones para protestar contra las políticas del Gobierno israelí contra la población árabe.
Según Salameh, los árabes se ven obligados a construir en su propia tierra porque no reciben de las autoridades permiso para hacerlo.
Las demoliciones se producen un mes después de que el primer ministro Benjamín Netanyahu alentara las demoliciones en las poblaciones árabes de Israel para contrarrestar las demoliciones en una colonia judía, Amona, situada en el centro de la Cisjordania ocupada.
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Yaser Majluf, que ayer vio la destrucción de cinco estructuras en Qalansuwa, ha dicho que se trata de "una declaración de guerra contra la sociedad árabe… que incita a la violencia".
En un mensaje recogido en su cuenta de Facebook, Netanyahu ha dicho que Israel cumple la ley de manera igual para todos.