De acuerdo a la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, los días 29 y 30 de octubre pasado más de 30 civiles, entre ellos diez niños, murieron en la ciudad siria de Alepo víctimas de bombardeos lanzados por grupos de la oposición armada.
"El número tan elevado de víctimas civiles indica que los grupos de la oposición armada no respetan la prohibición fundamental del derecho humanitario internacional de lanzar ataques indiscriminados ni observan los principios de precaución y proporcionalidad", dijo Dujarric.
El 18 de octubre Rusia y Siria suspendieron los bombardeos aéreos contra las facciones terroristas en el este de Alepo y establecieron a partir del día 20 una tregua humanitaria para que civiles y extremistas abandonaran esta parte de la ciudad.
Los terroristas rehusaron abandonar Alepo y tampoco dejaron que salieran los civiles, amenazándoles de muerte.
El 23 de octubre, al expirar la tregua, el Ejército sirio y las milicias populares iniciaron una operación a gran escala en el sur de Alepo para expulsar a los terroristas.
EEUU y otros países occidentales acusan a Moscú y Damasco de atacar a civiles y grupos armados de la denominada oposición moderada.
Rusia y Siria rechazan las imputaciones e insisten que bombardean únicamente a terroristas.
A su vez, Moscú increpa a Washington sobre su incapacidad de separar a la oposición de los grupos yihadistas y subraya que Rusia es el único país que se encuentra legítimamente en Siria combatiendo a los terroristas.
El Frente Fatah al Sham es una organización terrorista proscrita en numerosos países, entre ellos Rusia.
