El Reino Unido insistía en participar en la investigación del bombardeo, al que siguió un segundo ataque cuando en el lugar ya trabajaban los socorristas, y Arabia Saudí aceptó su solicitud.
Fuentes saudíes dijeron que la investigación incluiría un examen de los registros de datos, declaraciones de testigos y la inteligencia militar disponible.
A través de sus informantes en Yemen, la inteligencia saudí sabría que a la ceremonia funeraria en Saná también asistieron altos cargos del movimiento hutí.
Lo que aún no está claro es si el piloto tomó por cuenta propia la decisión de lanzar las bombas o había recibido esta orden de un rango superior en la cadena de mando.
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Un funcionario saudí dijo que no habría ninguna declaración pública hasta que la investigación llegue a su fin, un proceso que podría tomar días, semanas o incluso meses.
Varias rondas de negociaciones entre las partes en conflicto, la última en agosto pasado, no aportaron resultado.
El conflicto en Yemen costó la vida a más de 4.000 civiles entre marzo de 2015 y octubre de 2016, según la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos (OACDH) de Naciones Unidas.