Según el medio 4.225 académicos y 1.117 personas de cargos administrativos de universidades privadas y públicas fueron suspendidos de sus funciones.
Las autoridades turcas iniciaron una amplia campaña de purgas a raíz de la intentona golpista del pasado 15 de julio que se saldó con 238 muertos, sin contar a los amotinados, y unos 2.200 heridos.
Unas 16.000 personas permanecían bajo arresto en Turquía el 9 de agosto, según el ministro de Justicia Bekir Bozdag, otros 6.000 detenidos más están siendo procesados y casi 7.700 fueron puestos en libertad.
El Gobierno turco culpa de la intentona a los partidarios del teólogo musulmán Gulen cuya extradición exige a EEUU. El propio Gülen, residente en Pensilvania, rechaza las acusaciones.