"La reestructuración persigue eliminar el mecanismo que se usó para organizar seis golpes de Estado, grandes y pequeños, en los últimos 60 años", dijo en entrevista a la agencia Reuters.
Isik señaló que 288 militares, incluidos nueve generales, siguen prófugos después de la intentona de la noche del 15 de julio, orquestada por los militares.
Según el balance actualizado del Ministerio del Interior, el intento del golpe se saldó con 238 muertos —sin contar a los amotinados— y casi 2.200 heridos.
Miles de militares, policías, jueces, funcionarios y profesores fueron suspendidos, detenidos o están siendo investigados en el país que declaró el estado de excepción por tres meses tras el fallido golpe.
El Gobierno turco sostiene que detrás de la asonada está el predicador islámico opositor Fethullah Gulen, cuya extradición exige a EEUU.