"Tenemos numerosas pruebas de que Turquía y Arabia Saudí no solamente ayudan a traficar sustancias tóxicas a través de la frontera, sino que también establecieron talleres de producción de proyectiles y sustancias químicas en la frontera con Siria", dijo el político e instó a la comunidad internacional a contrarrestar estas actividades.
Según la carta, desde Ankara fueron suministrados químicos industriales y sustancias explosivas, como el nitrato de amonio y el nitrato de potasio, glicerina y el ácido nítrico, a los grupos terroristas, por un valor de al menos 2 millones de dólares.
El Ministerio ruso de Defensa acusó a Turquía de apoyar a los terroristas en Siria con armas y de facilitar el traslado de combatientes a través de su territorio en reiteradas ocasiones.
Ankara también fue acusada de comerciar petróleo con Daesh (o Estado Islámico), proscrito en Rusia, lo que confirmaron los Ministerios de Defensa de Grecia, Rusia e Israel.