El primer ministro libanés, Tamam Salam, dijo que podría renunciar si el problema con la basura no se resolvía en los próximos días. El primer ministro atribuyó la crisis a todas las fuerzas políticas del país, informó el periódico libanés “Al-Diyar”.
En verano, las autoridades del Líbano cerraron el vertedero de Naame, el más grande del país, por exceder su capacidad. El mismo día terminó el contrato estatal con la empresa que se encargaba de la limpieza y la eliminación de residuos. Las calles de Beirut y otras ciudades durante varios días estuvieron llenas de desechos, llevando el país a un desastre ecológico.
El sábado, activistas de varios movimientos civiles, entre los que había más de mil personas, volvieron a salir a las calles de la capital. Los manifestantes montaron tiendas de campaña en el centro de la ciudad al lado del edificio del Gobierno y exigieron a los ministros proporcionar una solución concreta de la crisis. El domingo, los activistas continuaron su protesta indefinida en la plaza de Al-Riad Solh.
El problema de la basura está “99 por ciento resuelto”, afirmó Nouhad Mashnuk, ministro de Asuntos Interiores de Líbano. Se decidió abrir tres nuevos vertederos, donde en unos meses se retirarán los residuos acumulados, así como abrir dentro de dos meses el vertedero de Naame.
Sin embargo, las declaraciones ministeriales sobre la solución de la crisis de la basura sonaron varias veces, incluso al final del año pasado. Cada vez que los ciudadanos iban a protestar y a bloquear las carreteras principales, se oían las promesas del gobierno para arreglar la situación. En realidad, los montes de desechos —tanto en la capital como en otras ciudades— siguen creciendo.
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En búsqueda de una solución del problema de la basura, las autoridades libanesas intentaron negociar con varios países europeos. Para recoger la basura de Beirut se ofrecieron alrededor de 120 dólares por tonelada. Asimismo, se llevaron a cabo las negociaciones con la vecina Siria que supuestamente está dispuesta a conceder un territorio para un vertedero libanés, anunció el periódico "Al-Dzhamhuriya", citando fuentes dentro del gobierno. De esa manera Siria agradecería a Líbano por haber acogido 1,5 millones de refugiados sirios, presencia que socava gravemente la economía libanesa.
En la última reunión ministerial, se tomó la decisión de abrir tres nuevos vertederos y, en cualquier caso, comenzar el lunes la recolección de basura, escribió “Al-Diyar”. También se propuso recorrer a la ayuda del Ejército para restablecer el orden en caso de que alguien intente impedir el trabajo de las empresas para limpiar las calles de basura. Según el diario, la decisión de utilizar el ejército fue tomada debido a que el país está al borde de un desastre ecológico. Si no se toman medidas urgentes, la catástrofe será inminente.