En su intervención, el líder de Hizbulá criticó duramente a los Estados árabes suníes de Oriente Medio que mantienen relaciones con Israel o se aproximan a este país y aseguró que Hizbulá y el Líbano no tienen nada que temer en un futuro conflicto con Israel.
"Los israelíes creen que se encuentran ante dos oportunidades: la primera es establecer relaciones y alianzas con los Estados árabes suníes aprovechándose de su confrontación con Irán, y la segunda es cambiar el régimen en Siria", afirmó Nasrallah.
El jefe de Hizbulá amenazó con atacar tanques de gas amoníaco en la ciudad israelí de Haifa en una futura guerra con Israel y recalcó que el daño que se produciría sería equivalente al que causa una bomba atómica y podría llevar a la muerte de 800.000 personas.
"Israel sabe que Hizbulá tiene misiles y cohetes que pueden golpear cualquier lugar de su territorio", aseguró Nasrallah, para quien mantener el poder militar de su grupo es la única manera de evitar un futuro ataque sobre el Líbano.
Nasrallah dijo que los recientes avances del Ejército sirio y sus aliados han puesto a Siria "en un nuevo camino" y que los planes de Arabia Saudí, Turquía e Israel para derrocar al presidente sirio, Bashar el Asad, fracasaron.
Según el líder de Hizbulá, Turquía y Arabia Saudí se mueven por su "odio" hacia Asad: "Para ellos, no hay problema si los combates y la destrucción continúan en Siria durante decenas de años, no les supone un problema", recalcó.
"Quieren llevar la región a una guerra regional o global, pero no están dispuestos a aceptar una solución realmente política y nacional en Siria, visto el nivel de odio y maldad", añadió Nasrallah.