"Moscú expresa su profunda preocupación ante las acciones agresivas de las autoridades turcas respecto al Estado vecino", reza el comunicado.
Según el Ministerio de Exteriores esto es "un apoyo evidente al terrorismo internacional y una violación de las resoluciones correspondientes del Consejo de Seguridad de la ONU y los compromisos asumidos por Turquía como país miembro del Grupo Internacional de Apoyo a Siria en Viena, Nueva York y Múnich".
"Rusia apoyará el debate de este tema ante el Consejo de Seguridad de la ONU para que dicha entidad dé una valoración clara de las provocaciones de Ankara, que amenazan la paz y la seguridad del Medio Oriente y otras regiones", concluye el comunicado.
Desde marzo de 2011 Siria vive un conflicto armado en el que murieron más de 250.000 personas, según la ONU.
El pasado sábado, la artillería turca lanzó un ataque contra la base aérea de Menagh y una aldea cercana en el norte de Siria en las que se encontraban milicianos kurdos.
Según fuentes kurdas, este ataque, así como las ofensivas similares contra las localidades de Maranas y Merimin se saldaron con un total de 29 muertos.
Tanto Menagh, como Maranas y Merimin se encuentran en la zona de Azaz, provincia siria de Alepo, a unos seis kilómetros de la frontera con Turquía.
El primer ministro turco, Ahmet Davutoglu, dijo anteriormente que los bombardeos son una represalia contra las Unidades kurdas de Protección Popular (YPG), brazo armado del Partido de la Unión Democrática (PYD), formación kurda siria que Ankara vincula al proscrito Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK).