"En el curso de los entrenamientos, que duran dos semanas, se forman unas 500 personas", dijo a los periodistas.
Explicó que este número se redujo a la mitad debido a la falta de plazas.
La mayoría de los voluntarios, cuya edad no supera los 50 años, se entrenan ocho horas diarias, aprendiendo a disparar, así como a buscar armas y explosivos en vehículos.
Uno de los voluntarios, antiguo profesor universitario, comentó que había ingresado en las filas del Ejército para defender a su familia.
"Yo, como muchos otros que están aquí, perdí a uno de mis parientes", dijo.
El gobernador de la provincia de Latakia, Ibrahim Salem, afirmó que "el pueblo es una fuerza adicional, el mayor apoyo del Ejército sirio".
Desde marzo de 2011 Siria está en conflicto armado que ha costado la vida a más de 220.000 personas, según estimaciones de la ONU.