Las víctimas, acusadas de espionaje y colaboración con el Gobierno iraquí, fueron ejecutadas en el campamento militar de Gazlani, cerca de la ciudad de Mosul, ocupado por Daesh, organización terrorista prohibida en Rusia y varios otros países.
Según Alsumaria, algunos de los ejecutados se habían opuesto a la ideología radical de Daesh.
Daesh, que domina desde 2014 una gran parte de Irak, actualmente va perdiendo el control de algunos de estos territorios frente a las Fuerzas Armadas del país.