Los aviones de carga de EEUU arrojaron el pasado 11 de octubre 50 toneladas de municiones en la provincia siria de Hasaka, en el norte del país.
Más tarde, el Pentágono reconoció que parte del "envío" fue recogido por kurdos. Pero luego precisó que lo recibieron solo combatientes de "grupos árabes" que combaten al Estado Islámico.
Al mismo tiempo, según comandantes militares consultados por Washington Post, las armas pararon a manos de la guerrilla kurda que lucha contra los terroristas.
"Las decisiones sobre el frente que recibe las municiones las toman las Fuerzas Democráticas Sirias (coalición de brigadas kurdas y árabes)", dijo una fuente militar.
Agregó que, en todo caso, "50 toneladas no son suficientes cuando la línea del frente es de 700 kilómetros".