La parte oriental de Jerusalén, habitualmente desierta a partir de las ocho de la tarde, hierve en las noches de Ramadán, cuando los fieles rompen el ayuno, salen a pasear y se reúnen con sus familias para celebrar la cena del iftar, el momento en que se acaba el ayuno del día y se llevan a cabo comidas copiosas y que suelen incluir platos típicos y muchos dulces.
Los mercados están más abarrotados que nunca y ofrecen toda clase de productos para poder celebrar bien este mes sagrado en el que durante las horas de ayuno no está permitido comer, beber, fumar ni mantener relaciones sexuales.
Las madres de familia y las mujeres en general se llevan el mayor trabajo durante el Ramadán, ya que cocinan más de lo habitual y preparan platos más elaborados para las cenas.
"El mes de Ramadán es muy bonito y me encanta tener a toda la familia en casa, pero somos 35. Imagínate lo que me toca cocinar, y durante el día trabajo en una oficina", dice a Sputnik riendo Amira, de 35 años y madre de cinco hijos, en la calle Saladino de Jerusalén.
Este Ramadán está especialmente presente Gaza porque dentro de unos días se cumplirá el primer aniversario de la ofensiva "Margen Protector" que el Ejército israelí lanzó el 8 de julio del 2014 y que duró 50 días.
Una gran parte de la guerra —en la que murieron 2.200 palestinos, 71 israelíes (66 soldados y cinco civiles) y un trabajador tailandés- transcurrió en pleno Ramadán.
En Gaza, la celebración de este mes de ayuno es menos alegre que en otros puntos de Palestina. Barrios enteros de diversas localidades siguen destruidos, más de 100.000 personas no tienen hogar y las condiciones de vida de sus habitantes son más penosas que nunca.
Con el corazón y la mente puestos en los familiares y amigos que mataron los bombardeos israelíes, enclaustrados por el bloqueo de Israel y el cierre de la frontera de Egipto, los gazatíes viven el Ramadán sin esperanza y con incertidumbre.
Además, con muy pocos recursos para celebrar esta fiesta como les gustaría. Aunque en los mercados hay más productos que de costumbre, muy pocos tienen dinero para adquirirlos.
El índice de paro en Gaza es el mayor del mundo, según el Banco Mundial, que lo situó en el 43% en un informe reciente. Entre los jóvenes, la tasa de desempleo alcanza el 60% y cerca del 40% de la población vive bajo el umbral de la pobreza.