En septiembre del año pasado, los islamistas del EI se apoderaron de un aeródromo militar en el norte del país tras enfrentamientos prolongados, después de lo cual los mandos militares de Siria decidieron trasladar al personal, aviones y helicópteros a una base de la ciudad de Deir ez Zur, en el noreste del país.
Tras apoderarse de la provincia de Raqqa, los islamistas la proclamaron "capital del califato islámico".
El movimiento proclamó un califato en las áreas tomadas y pretende ampliar su zona de influencia con células que actúan en Libia, Yemen y otras naciones de Oriente Medio y África del Norte.
De momento no existe un frente único de lucha contra el EI, por un lado hay una coalición internacional con EEUU a la cabeza, que se limita a bombardear desde el aire las posiciones del grupo, y por el otro, las tropas gubernamentales de Siria e Irak y los kurdos de estos dos países.