La ciudad siria de Palmira, ubicada a 240 kilómetros al este de Damasco, donde se halla uno de los monumentos considerados patrimonio de la humanidad por la Unesco, cayó bajo control del EI este miércoles.
Antes de que la comandancia del Ejército sirio tomase la decisión de retirar sus tropas, fue evacuada la población de la ciudad y las reliquias históricas más valiosas.
Los combates continúan en las inmediaciones de la ciudad.
A 200 metros del puesto de control las milicias emboscaron a los islamistas y dispararon contra los camiones.
Tras ello se entabló una escaramuza entre los Halcones del Desierto y los militantes, a consecuencia de la cual la mayor parte de los atacantes fue aniquilada.
Dos militantes árabes fueron capturados.
Además, los muertos tenían documentos expedidos por el EI.
"Los militantes no utilizan sus nombres verdaderos, sino los recibidos por el EI, sin embargo, de ellos se pueden inferir las pertenencias nacionales; en particular uno de los documentos había sido expedido a nombre de Abú Abdulla Uzbeki", dijo la fuente militar.
Según los documentos, los caídos pertenecían al destacamento de Abú Umar Shishani, cuyo nombre verdadero es Tarján Batirashvili, ciudadano de Georgia de origen checheno y que según algunos datos, fue muerto en noviembre de 2014, tras lo cual el destacamento pasó a las órdenes de otra persona.
"El destacamento está integrado esencialmente por caucasianos y ciudadanos de las repúblicas de Asia Central que se comunican entre sí en ruso", concluyó la fuente.