El pasado 23 de febrero los yihadistas atacaron pueblos asirios ubicados a lo largo del río Habur y secuestraron a más de 200 civiles; decenas de miembros de esta comunidad cristiana fueron asesinados.
Según representantes de la comunidad asiria, más de 30 pueblos fueron devastados y unas 5.000 personas tuvieron que huir a regiones vecinas.
El "califato islámico" del EI –grupo yihadista que controla amplios territorios de Siria e Irak y tiene en sus filas hasta 30.000 combatientes, según la CIA– es desde 2014 uno de los mayores retos globales.
De momento no existe un frente único de lucha contra el EI, contra el que combaten, por un lado, la coalición internacional liderada por EEUU y, por el otro, las tropas gubernamentales de Siria e Irak y los kurdos de estos dos países.