Benomar añadió que el consejo de transición incluiría sectores poco representados de la población, con un 50% de los representantes provenientes del sur del país, un 30% son mujeres y un 20% son jóvenes.
El consejo, llamado Asamblea Popular, hará las veces de la cámara alta del Parlamento yemení, que estaría encargado de adoptar legislación que asegure un proceso de transición política pacífica.
El movimiento chiita, por su parte, rechazó este llamado, señalando que el Consejo "debe respetar la voluntad y soberanía del pueblo de Yemen".
Los revolucionarios también hicieron un llamado a que la ONU no se deje manipular por "las potencias regionales" que, según indican "intentan incesantemente sofocar la voluntad del pueblo yemení y violar las convenciones internacionales que criminalizan la interferencia en asuntos internos".
El poder en Yemen está en manos de los partidarios chiíes del movimiento Ansar Alá (Seguidores de Dios) que obligaron a dimitir al presidente y al Gobierno del país.