La tragedia comenzó cuando la policía lanzó gases lacrimógenos para dispersar a los miembros del grupo de hinchas Caballeros Blancos en frente del estadio de Defensa Aérea de El Cairo, unas horas antes de que su equipo, el Zamalek se enfrentara al ENPPI en un partido de primera división de la liga egipcia.
Este es el incidente más grave que se produce en el mundo del deporte en Egipto desde la tragedia que causó más de 70 muertos en un estadio en la ciudad de Port Said.
El Gobierno egipcio suspendió la competición de liga por un período indefinido tras los hechos de ayer.
En un comunicado afirmó que los hinchas del Zamalek no cumplieron con los procedimientos de seguridad requeridos para entrar en el estadio.
Los Caballeros Blancos difundieron en su página de Facebook fotos de presuntos cuerpos de víctimas, algunas de ellas con la camiseta del equipo, así como una lista completa de sus nombres.
El Ministerio del Interior egipcio dijo ayer que los enfrentamientos se produjeron después de que miembros de ese grupo intentaran asistir al partido sin comprar entradas.
"Los seguidores de Zamalek han tratado de entrar por la fuerza y hemos tenido que evitar que dañaran la propiedad pública", dijo anoche el Ministerio en un comunicado.
Tras la tragedia de Port Said se interrumpió la liga y luego se decretó que los partidos se jugarían a puerta cerrada por motivos de seguridad. Pero en diciembre se levantó esta prohibición de forma progresiva y se permite la entrada de 10.000 seguidores en algunos estadios de El Cairo y Alejandría. En el resto, pueden entrar 5.000 personas.
Para el partido de ayer había 5.000 entradas a la venta pública y otras tantas fueron distribuidas por el propio club.
La Fiscalía de Egipto señaló que los cuerpos de las víctimas fueron trasladados a la morgue de El Cairo.
La agencia de noticias estatal MENA informó de que al menos 25 personas resultaron heridas.
Este último incidente pone de manifiesto la falta de medidas de seguridad en el fútbol egipcio. La tragedia de Port Said ocurrió cuando seguidores del equipo Ahli fueron atacados por hinchas del Masri, tras el final de un partido de la liga.
En enero de 2013, un tribunal condenó a 21 hinchas del Masri a pena de muerte, pero los seguidores del Ahli mostraron su indignación porque no se condenó a ningún policía.
En las protestas que siguieron al veredicto murieron más de 40 personas.
En marzo de 2013, un tribunal de apelación confirmó las 21 penas de muerte, condenó a cinco personas a cadena perpetua y ordenó penas de cárcel para otros, incluyendo 15 años de cárcel para dos policías. Otras 28 personas fueron absueltas, entre ellos siete agentes. Pero casi un año después, un tribunal ordenó repetir el juicio, que aún está en curso.
