Catar es el voluntario más activo en la guerra contra Gadafi

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La coalición que realiza la operación militar en Libia difícilmente puede llamarse “occidental”. Además de los 28 países miembros de la OTAN, en ella participa la Turquía musulmana y otros países árabes.

La coalición que realiza la operación militar en Libia difícilmente puede llamarse “occidental”. Además de los 28 países miembros de la OTAN, en ella participa la Turquía musulmana y otros países árabes.

Y el recién creado Grupo de Contacto para Libia lo encabeza el pequeño pero rico emirato árabe de Catar. Sus aviones de caza desde el viernes, 25 de marzo, realizan el patrullaje en los cielos libios.
Ahora sus diplomáticos también tendrán trabajo preparando la primera reunión del grupo en la capital de Catar, Doha, la semana que viene.

El Corán dice que “la paciencia es una virtud” y los árabes suelen ser muy lentos para tomar decisiones, pero esta vez el tiempo urge. Cuanto más dure la operación militar en el Norte de África más se indignará la opinión pública árabe. Aunque los rebeldes libios de momento gozan en el mundo árabe de más popularidad que el general Gadafi pegado a la silla, hay que poner término a la guerra antes de que el estado de ánimo de las masas cambie. También los insurrectos piden acelerar la ayuda.
 
División en el mundo árabe

Para diseñar las estrategias al respecto la coalición acordó la creación del Grupo de contacto para Libia. Fue durante la conferencia internacional del 29 de marzo en Londres en la que participaron los titulares de Asuntos Exteriores de 35 países del mundo, Secretarios Generales de la ONU, la OTAN y la Organización de la Conferencia Islámica. Sin embargo, el ministro ruso no fue invitado a esta reunión de los altos cargos que discutieron el futuro de Libia.

Algunos países árabes tampoco se presentaron, por si acaso. Por ejemplo, Argelia y Egipto no participaron en el evento. Arabia Saudí, aunque promete poner a disposición de la coalición sus aviones militares, alegó estar ocupada poniendo orden en Bahrein a petición de su monarca.
 Y el precavido Secretario General de la Liga Árabe, egipcio Amr Musa, que piensa presentarse en las elecciones presidenciales en Egipto, envió a Londres a su asistente.

El papel más activo en la conferencia la asumió Catar, Jordania y Emiratos Árabes Unidos. Si bien la colaboración de Jordania se limitó exclusivamente a logística y servicios especiales. Y los jeques de los Emiratos llevan varias semanas prometiendo enviar a Libia 12 aviones (seis F-16 y seis “Mirage”), pero no lo han hecho hasta el momento.
 
El “mini estado” se convierte en el líder

Los árabes manifiestan cautela y dejan obrar al voluntario, Catar, el emirato de abundantes recursos en petróleo y gas. La población de este país situado en la costa del Golfo Pérsico, aun contando a los trabajadores de fuera, apenas llega a 1,7 millones de personas.

El líder libio Muamar Gadafi se refería despectivamente a Catar como “mini estado”. Sin embargo, las ambiciones del emir catarí, Hamad bin Khalifa Al-Thani, superan con creces las dimensiones geográficas de su emirato. Recordemos que fue en Catar donde se creó el canal de televisión Al Jazeera que hoy en día sirve de portavoz a todos los rebeldes en el mundo árabe.

El emir, reformador e innovador de 59 años, se las arregla para modernizar el país respetando las tradiciones nacionales. Por una parte, se acerca cada vez más al Occidente, y por otra, sigue protegiendo a muchas organizaciones islámicas, incluidos los “Hermanos Musulmanes”.

Al mismo tiempo organiza en Catar prestigiosos torneo de tenis y consiguió que en 2022 el emirato albergue el Campeonato Mundial de Fútbol. La autora de esta nota conversó con el emir catarí en varias ocasiones – encantador y muy delicado, él sabe ser duro y severo si hace falta.

Es en Catar donde desde hace muchos años reside el jeque egipcio Yusuf al-Qaradawi considerado líder espiritual de los “Hermanos Musulmanes”. Fue allí donde encontró refugio el separatista checheno Zelimján Yandarbíev, cuyo asesinato en Doha en 2004 tanto enfureció al emir catarí que por poco manda a ejecutar a dos diplomáticos rusos acusados de su organización.
Aunque fue sólo un impulso, ya que, como en otros casos, el jeque prefirió una solución diplomática. Tras unas complicadas negociaciones y un proceso judicial los presuntos implicados rusos fueron extraditados a Rusia.

El actual emir de Catar incluso consiguió llegar al poder en 1995 mediante un golpe de Estado pero sin derramar una gota de sangre. Simplemente ocupó el lugar de su padre mientras éste se ausentó del país.
 
Quien vende petróleo libio durante la guerra
        
Catar fue el primer país que demostró cómo, además de con aviones, se puede ayudar a los insurrectos en el este libio. El gobierno del emirato se ofreció al Consejo Nacional de la oposición con sede en Bengasi para colaborar en la comercialización del petróleo que se extrae en los yacimientos controlados por los rebeldes.

Debido a la guerra el nivel de extracción cayó en picado acondicionando el incumplimiento de los contratos internacionales. Los especialistas cataríes ayudarán tanto a normalizar la extracción de “oro negro” como a comercializarlo en el mercado mundial.
Según el representante de la oposición libia Alí Tarhuni, de momento se trata de unos 130 mil barriles diarios. El primer suministro se realizará a principios de abril y para los mediados del mes podrá aumentarse hasta 300 mil barriles al día.
Teniendo en cuenta que el precio del barril de petróleo ahora supera los 100 dólares, el total de las transacciones es considerable y puede superar los 13 millones al día. Aunque antes de la guerra Libia exportaba unos 1,6 millones de barriles diariamente.
 
Cazas árabes despegan desde Creta

Sin embargo, lo más inesperado por parte de Catar fue la participación de sus aviones de caza en esta guerra. Actualmente realizan las incursiones sólo dos máquinas cataríes – los “Mirage” de fabricación francesa.
Los árabes subrayan que estos aviones no participan en los bombardeos. Junto con los aviones franceses están empleados en patrullaje del espacio aéreo en el noreste de Libia ya que su base se ubica en la isla griega de Creta en el Mar Mediterráneo.
Allí, cerca de la población de Suda está situada la base militar griega puesta a disposición de la Fuerza Aérea de la OTAN. Además de dos cazas Catar envió allí dos aviones militares de transporte. Al mismo tiempo, varias decenas de pilotos y técnicos cataríes están haciendo un curso de formación en espera de la llegada de más aviones de caza.

“EE.UU., Gran Bretaña y Francia no olvidarán a los que les apoyaron en esta operación”, - dice el politólogo catarí Shadí Hamid. Pero no es el agradecimiento por parte de estos países lo que pretenden conseguir las autoridades del emirato. Siendo un estado con limitadas posibilidades debido a sus mínimas dimensiones Catar pudo emplear los beneficios derivados de la exportación de crudo para convertirse en uno de los líderes en la región.

En este camino el emir de Catar será muy criticado y tendrá que resolver muchos problemas. No obstante, para muchos países más grandes y potentes, que no son capaces de diseñar, y menos, llevar a cabo, una clara estrategia en el Oriente Próximo,  el pequeño Catar podría servir de ejemplo. No porque participe en una operación militar ambigua, sino porque sabe plantear objetivos y conseguirlos.
 
LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE OBLIGATORIAMENTE CON LA DE RIA NOVOSTI

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