Mientras China y Estados Unidos discuten entre sí en la ONU por la pandemia del coronavirus y el orden internacional, su rivalidad preocupa cada vez más a los países asiáticos ante una "posible nueva y más compleja guerra fría", escribe el periódico chino South China Morning Post.
El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, advirtió que actualmente el mundo se está moviendo "en una dirección muy peligrosa" y comparó la situación actual con la guerra fría. Según él, la división tecnológica y económica corre el riesgo de convertirse en una división geoestratégica y militar, lo que "debemos evitar a toda costa".
"Nuestro mundo no puede permitirse un futuro en el que las dos economías más grandes, cada una con sus propias reglas comerciales y financieras, su propio potencial en internet e inteligencia artificial, provoquen un gran conflicto", declaró Guterres.
Como señala South China Morning Post, el contraste entre el punto de vista del líder chino que consiste en centrarse en la gobernanza global en torno a la ONU y el afán de Donald Trump por la política al estilo de América primero refleja las divergencias cada vez más profundas entre dos potencias importantes, lo que está estresando una y otra vez a los países asiáticos que generalmente intentan evitar ser víctimas de otros conflictos. Pero con el aumento de las tensiones entre Pekín y Washington, con el endurecimiento de la respuesta estadounidense a las acciones de la República Popular China en el mar de China Meridional, con el proyecto 'Un cinturón, una ruta' y las sanciones contra Huawei es cada vez más difícil hacerlo.
Los especialistas intentan explicar las preocupaciones de los países asiáticos a este respecto. Así, el jefe de la consultora de Singapur, Alexander Neill, enfatiza que mientras los países del Sudeste asiático, incluido Singapur, logran mantener un equilibrio en las relaciones económicas con China y los contactos militares con EEUU, muchos de los países de la región se sienten cada vez más preocupados, ya que mantienen estrechas relaciones económicas con China. Al mismo tiempo, la mayoría de estos países están empezando a preguntarse a sí mismos si la forma de Gobierno de China se adaptará a sus sociedades y entienden que EEUU también puede proporcionarles bienes públicos y ayudar a garantizar la seguridad en el futuro próximo.
Como señala Madhav Das Nalapat, jefe del Departamento de Geopolítica y Relaciones Internacionales de la Universidad de Manipal, la India no está dispuesta a aliarse con los Estados Unidos y, sin embargo, puede hacerlo, como sucedió en la época de la guerra fría cuando Pekín se unió con EEUU para oponerse a la URSS. En este caso la India sería una buena opción para relocalizar a las empresas taiwanesas, estadounidenses y japonesas en lugar de la primera potencia asiática.
Según Nalapat, ya hay indicios de que "no se puede tomar en serio" la ONU, porque China se opone a la inclusión de la India en el Consejo de Seguridad, y Washington y Pekín a menudo ignoran las resoluciones con las que no están de acuerdo, lo que aumenta el riesgo de un conflicto armado.
"Teniendo en cuenta la trayectoria de China y su renuencia a existir a la sombra de EEUU, la situación parece inevitable. La guerra fría 2.0 ya ha comenzado", resume el experto indio.
Actualmente las controversias entre China y EEUU se han agravado mucho. Es que ahora China es el mayor exportador del mundo, y EEUU, a su vez, impone aranceles a los productos chinos. Las empresas tecnológicas chinas se están apoderando de los mercados mundiales, EEUU les está imponiendo sanciones. Por su parte, China no quiere enfrentarse a EEUU y desvincularse completamente de la primera economía del mundo, opina Robert Daly, director del Centro Wilson del Instituto Kissinger.
A principios de agosto pasado, Trump amenazó con prohibir TikTok en EEUU a menos que fuera adquirida por una empresa estadounidense. Esta decisión, que alegaba presuntas amenazas a la seguridad nacional, política exterior y economía de EEUU, provocó una escalada de tensiones diplomáticas con China.