"Finalmente, renuncias y aceptas que eres Miguel. Después de todo, ¿no es un nombre bonito?", continúa Teréschenko.
Los rusos son víctimas de esta falta de comprensión desde tiempos inmemoriales. A veces, incluso se unen al brindis 'Nazdrovie' porque todos sus interlocutores occidentales están totalmente seguros de que se trata de un verdadero brindis ruso. Y los rusos están demasiado cansados para discutir.
Esto es lo que pasó con el oso, explica el historiador. Todo comenzó con un anuncio comercial, o por lo menos, esta es una de las hipótesis sobre el tema.
Desde 1550, los comerciantes ingleses visitaron Rusia regularmente. Este país se conocía por sus productos. Allí se obtenía cera, miel, manteca de cerdo, cuero, lino y pieles baratas. Pero había un producto más específico que influiría mucho en la imagen de Rusia.
Ya en la Edad Media, la calvicie era considerada una cosa fea y se solía curar con grasa de oso, ya que estos animales son muy peludos. Por lo menos así lo vendían los empresarios europeos. La mejor grasa de oso se podía adquirir solo en Rusia, el país de los osos.
Se rumoreaba que la mayor parte de la 'grasa de oso' estaba hecha de grasa de cerdo en la propia Inglaterra. Esto podría explicar por qué el remedio no funcionaba.
La imagen del oso ruso la reforzó una célebre academia de osos que, desde el siglo XVII existía en la ciudad de Smorgon (actual Bielorrusia). Este establecimiento, fundado por el príncipe Radziwill, entrenó osos para todos los circos europeos. En aquel entonces era parte de la República de las Dos Naciones (Polonia-Lituania), pero, ¿a quién le importaba? Estaba en algún lugar del este de Europa.
No es de extrañar que, desde el comienzo de la caricatura política británica, Rusia siempre haya estado representada por un oso, prosigue Teréschenko.
Cada vez más gente en todo el mundo se convencía de que el oso era un símbolo de Rusia. En 1980, el Gobierno soviético decidió que, "si no puedes vencerlos, únete a ellos", y adoptó al oso como mascota oficial de los Juegos Olímpicos de Moscú.
En 1999, el partido gobernante Rusia Unida comenzó a utilizar el oso como su símbolo. Finalmente, el oso se convirtió en un personaje de las caricaturas políticas rusas, tanto a favor como en contra del Gobierno.