La actitud negativa de las élites gobernantes de Montenegro hacia su pueblo y Rusia se ha observado desde hace mucho tiempo. La culminación de estos procesos tendrá lugar el 28 de abril en Cetinje, la antigua capital del país, donde el Parlamento del país deberá votar por la ratificación del acuerdo sobre la entrada de Montenegro a la Alianza Atlántica.
Asimismo, Zajárova destacó que "hay una actitud cada vez más negativa hacia empresas y ciudadanos de Rusia e incitación de la hostilidad (…) por iniciativa de la coalición gobernante".
"La rusofobia es un concepto atípico para Montenegro. La culpa de esto la tienen ante todo los políticos del país", sostuvo.
Estas declaraciones de Zajárova son suficientes para comprender la actual coyuntura de las relaciones entre el nuevo Montenegro y Rusia.
Por lo general y de acuerdo con Zorich, el pueblo quiere una cosa y el poder, dirigido por Washington y Bruselas, otra.
En países pequeños, como Montenegro, todo el mundo sabe qué piensan los demás, considera Zorich.
La única explicación de por qué las autoridades no quieren escuchar la voluntad de la mayoría de la población se encuentra en el miedo que tienen de perder su poder. La actitud negativa de las élites gobernantes de Montenegro hacia su pueblo y Rusia son respaldadas por las declaraciones de Milo Dukanovic, ex primer ministro del país, y su grupo de oligarcas, así como las acusaciones infundadas contra el Kremlin sobre los intentos de golpe de Estado.
La decisión de entrar a la OTAN debe ser tomada por el pueblo a través de un referéndum y no por el Parlamento. Por eso, el opositor Frente Democrático ha anunciado protestas y ha llamado a otros grupos opositores a participar de ellas el próximo viernes 28 de abril.
"Para Occidente es muy importante que Montenegro —aliado histórico de Rusia- forme parte de la Alianza. Es una señal más para Moscú que los Balcanes se encuentran bajo la influencia estadounidense", señala Zorich.
En caso de que la decisión de la votación respalde la adhesión a la Alianza, como todo parece indicar, no se podrá evitar la confrontación con Rusia.
Por un lado, Moscú entiende perfectamente dónde se encuentran las posiciones clave de la OTAN en Europa. Podgorica está fuera de esta lista. Por eso sería ridículo suponer que Moscú será capaz de tomar medidas recíprocas.
Sin embargo, ello no quiere decir que el Kremlin lo observe con benevolencia y que Montenegro no se enfrente a las consecuencias. Según Zorich, la cuestión es que por cuánto tiempo más el pueblo montenegrino será víctima de las decisiones egoístas de un grupo de políticos.
LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE SPUTNIK