El arte ruso vuelve a conquistar a los cubanos

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La mayoría de los cubanos tuvieron durante más de treinta años al cine, la literatura, la música o el teatro soviético como plato fuerte de sus influencias culturales.

La mayoría de los cubanos adultos tuvieron durante más de treinta años al cine, la literatura, la música o el teatro soviético como plato fuerte de sus influencias culturales. Tras el período dorado de las relaciones entre ambos países, un par de décadas de cierto distanciamiento hicieron de las suyas y solamente desde hace algunos años volvemos a contar por acá con representantes de lo mejor del arte ruso.

Así, una auténtica sorpresa para muchos fue descubrir a dos agrupaciones peculiares, la Orquesta de Instrumentos Córneos de San Petersburgo y el moscovita Coro del Monasterio de la Candelaria Divina.

No podía ser de otra forma, cuando ambos colectivos están considerados únicos en su tipo en el mundo y causan asombro donde quiera que van.

La Orquesta de Instrumentos Córneos, capitaneada por Serguéi Polyanichko, ha conseguido el milagro de resucitar un arte antiguo, perdido desde la época de los zares. Los habaneros fueron testigos de cómo consiguen sacar las más bellas melodías tocando solo una nota en cada cuerno convertido en instrumento.

“Este es un arte difícil que no tiene igual. En la antigüedad este tipo de orquesta era único: nosotros hicimos resurgir el género, confeccionamos los instrumentos y las partituras, realizamos miles de ensayos para prepararnos y poder ofrecer nuestro arte. La presentación incluye música clásica, marcial, pasos dobles y blues”, dijo Polyanichko.

Nadie mejor que un músico cubano consagrado, como Frank Fernández (graduado del Conservatorio Chaikovski y merecedor de la Orden Pushkin) para valorarlo. “Disfruté de un arte no solo desconocido, sino magnífico, lleno de sutilezas interpretativas capaces de impresionar al más conocedor de los músicos o los críticos”, dijo.

Por su parte, el Coro del Monasterio de la Candelaria Divina, dirigido por el artista emérito de Rusia, Nikon Zhila, es uno de los más conocidos y destacados coros eclesiásticos del país euroasiático. Sus actuaciones siempre tienen mucho éxito tanto en Rusia, como en otros países del mundo y no se limitan a interpretar música sacra sino que incorporan temas del cancionero tradicional de la Rusia y Ucrania de los comienzos del siglo XX.

Como colofón de este regalo artístico se presentó en la Embajada de Rusia la edición en español de un libro convertido en un auténtico best-seller en su país. Se trata de Santos sin Santoral, del Archimandrita Tijon, considerado uno de los grandes intelectuales rusos de estos tiempos, quien en su libro humaniza a figuras y personajes de la iglesia ortodoxa, acercándolos al lector común y consiguiendo una popularidad sin precedentes.

Estas han sido apenas las más recientes acciones de una serie de eventos propiciados por los Ministerios de Cultura de Rusia y Cuba. Desde el año 2010, en que Rusia fue el país invitado al más importante acontecimiento cultural del país, la Feria Internacional del Libro cubana, hasta el pasado año en que el Teatro Estatal Académico Evgueni Vajtángov, de Moscú, convirtió su versión musical de Ana Karenina en el suceso notable del Festival de Teatro de La Habana, la presencia cultural rusa ha ido in crescendo.

La visita del presidente Vladimir Putin ayudó a respaldar estos lazos, al firmar una serie de documentos que abren nuevas posibilidades a la cooperación bilateral. El embajador Mikhail Kaminin lo resume así. “Las relaciones ruso cubanas viven ahora un periodo especialmente fructífero e intenso” afirmó. “En particular damos mucha importancia al programa de colaboración entre los dos ministerios de cultura para los próximos tres años, que propicia un mayor incremento del intercambio artístico, un puente tradicional de acercamiento entre los rusos y los cubanos”.

Cierto es que el planeta y nuestros países han cambiado y no regresarán los tiempos en que nuestra única ventana al arte del mundo pasaba por el prisma ruso, pero esperemos que vuelva la gran cultura de este país eslavo a convertirse en opción cotidiana para los que vivimos en esta caribeña.

 

Natasha Vázquez, periodista y realizadora audiovisual cubana. Graduada del Instituto de Relaciones Internacionales de Moscú (MGIMO). Ha trabajado para medios de prensa de Cuba, España y otros países. Autora de varios documentales, todos multipremiados. Su trabajo ha recibido decenas de reconocimientos, entre ellos, el Premio Internacional de Periodismo “Rey de España”.

 

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