Los asteroides dejarán de ser un peligro para la Tierra

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El descubrimiento de nuevos peligrosos asteroides ha puesto en guardia a Rusia, que ha anunciado un programa para defender la Tierra de amenazas provenientes del espacio.

Armando Pérez, RIA Novosti

El descubrimiento de nuevos peligrosos asteroides ha puesto en guardia a Rusia, que ha anunciado un programa para defender la Tierra de amenazas provenientes del espacio.

La amenaza es real

Según científicos rusos, el asteroide que explotó sobre Cheliabinsk fue el objeto más grande que chocó con la atmósfera de la Tierra desde el evento de Tunguska en 1908, cuando un asteroide o un cometa estalló sobre Siberia arrasando 80 millones de árboles en una superficie de al menos 2.150 kilómetros cuadrados.

La revista Cosmonáutica de Rusia destacó que a nivel de organizaciones científicas, la comunidad científica rusa  participa en la mayoría de foros dedicados a asteroides y varios centros de investigación rusos ha colaborado y participan en programas científicos de otros países dedicados al estudio de asteroides y los riesgos que suponen para el planeta.

Según la revista, los asteroides realmente son una amenaza potencial para la Tierra y muchos de los acontecimientos cruciales de la evolución de nuestro planeta pudieron tener relación con cataclismos provocados por la caída de cuerpos celestes.

 Más del 98 % de todos los asteroides del sistema solar se encuentran concentrados en un cinturón de asteroides localizado entre la órbita de Marte y Júpiter, también en el cinturón Kuiper y los que hipotéticamente pueden encontrarse en la nube de Oort. A consecuencia de choques entre ellos o por la gravitación de otros cuerpos mayores,  periódicamente algunos de los asteroides cambian de órbita y pueden dirigirse hacia la Tierra.

El arma espacial japonesa

Recientemente,  científicos nipones de la Agencia de Investigaciones aeroespaciales de Japón JAXA anunciaron la prueba exitosa de un cañón-bomba que planean utilizar en la sonda espacial Hayabusa-2 para obtener muestras de asteroides en una misión que comenzará el año próximo.

Según el programa de la misión la Hayabusa-2 deberá llegar al asteroide 1999 JU3 en 2018 y regresar a la Tierra con muestras de ese cuerpo celeste en 2020.

En realidad, la misión de la sonda  Hayabusa-2, será la prolongación de la misión anterior Hayabusa que comenzó en mayo de 2003 para estudiar el asteroide Itokawa.

A pesar de los numerosos defectos, fallos técnicos, e inconvenientes inesperados, en general la sonda Hayabusa cumplió su cometido a pesar del retraso en el inicio de la expedición y el daño que causó sobre sus baterías el efecto de una poderosa explosión solar que coincidió con el lanzamiento de la sonda en el espacio.

Aunque el módulo de descenso MINERVA no pudo separarse de Hayabusa,  los científicos lograron posar la sonda en el asteroide. Pero las circunstancias adversas continuaron porque por razones desconocidas el proyectil que debió perforar el suelo tampoco funcionó completamente.

Durante el viaje de regreso la Hayabusa tuvo problemas técnicos y no volvió a la tierra en 2007 como estaba previsto sino tres años más tarde, en julio de 2010, cuando los científicos nipones anunciaron la recuperación de una cápsula de 40 centímetros con cerca de 1.500 micropartículas de polvo de un diámetro de menos de 50 millonésimas de metro.

A pesar de que la misión Hayabusa no tuvo gran repercusión en la prensa, la comunidad científica resaltó su importancia: fue la tercera vez en la historia que se logró traer a la Tierra muestras de un cuerpo extraterrestre sólido.

 Los astronautas de la misión Apollo, así como los robots soviéticos Luna, fueron los primeros en traer muestras de polvo lunar. Y la sonda Stardust, de la NASA, recolectó y trajo a la Tierra muestras del cometa Wild 2, en 2006.

Además, la sonda Hayabusa fue la segunda ocasión en la cual se consiguió posar un artefacto hecho por el hombre sobre un asteroide. La única otra ocasión en la historia en la que una nave espacial aterrizó sobre un asteroide fue cuando la sonda Near Earth Asteroid Rendezvous-Shoemaker, de la NASA, posó sobre el asteroide Eros, en febrero de 2001.

Y no obstante, desde el punto de vista rigurosamente científico, el polvo encontrado en la cápsula no puede considerase como material del asteroide Itokawa en un cien por ciento.  Ante la imposibilidad de comprobar de forma absoluta esta suposición, los científicos japoneses decidieron repetir la misión con la esperanza de que el segundo intento sea más exitoso.

Hayabusa-2 investigará el asteroide 1999 JU3, de 914 metros  y forma casi esférica lo que favorecerá el éxito de la misión. También los propulsores, el equipo de navegación, el cañón y la cápsula de retorno, tecnológicamente son más perfectas que las utilizadas en la misión anterior.

LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE RIA NOVOSTI

 

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