Faldas cortas y otros cambios en la vida de Corea del Norte

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La vida en Corea del Norte se va transformando. La corresponsal de RIA Novosti María Frolova emprendió su segundo viaje a Pyongyang, donde ha percibido que desde la llegada al poder del joven líder Kim Jong-un hace dos años hay más libertades, más coches y menos propaganda.

La vida en Corea del Norte se va transformando. La corresponsal de RIA Novosti María Frolova emprendió su segundo viaje a Pyongyang, donde ha percibido que desde la llegada al poder del joven líder Kim Jong-un hace dos años hay más libertades, más coches y menos propaganda.

Sería precipitado hablar de un “deshielo” pero hay cambios evidentes. Los norcoreanos han empezado a sonreír a los extranjeros, el nuevo líder prohibió exponer sus retratos y dispuso formar una banda de pop norcoreana.

El vuelo a Pyongyang

La aerolínea oficial de Corea del Norte Air Koryo realiza vuelos a Pyongyang sólo desde Pekín y Vladivostok. Durante el vuelo, las pequeñas pantallas trasmiten conciertos. Suenan el himno nacional, marchas militares y cantos patrióticos que glorifican la República Popular Democrática de Corea y a su líder. Inesperadamente para nosotros escuchamos una canción rusa 'Esperanza, el norte de mi vida'. Las azafatas, vestidas con uniforme rojo y blanco, hablan bastante bien el inglés y desfilan por el pasillo ofreciendo bebidas y hamburguesas a los pasajeros. Todas las bebidas (cerveza, zumo, agua) se producen de Corea.

© RIA Novosti . Ílya Pitalev / Acceder al contenido multimediaMás autos y menos retratos en Corea del Norte
Más autos y menos retratos en Corea del Norte - Sputnik Mundo
Más autos y menos retratos en Corea del Norte

Además de rellenar la tarjeta de entrada, es obligatorio declarar la suma de dinero que uno lleva, los móviles, los libros y los objetos de valor cultural o histórico.

Al entrar en el aeropuerto, saltan a la vista las transformaciones que experimenta el país. Los pasajeros ya entran libremente con sus móviles. En 2011, en los tiempos de Kim Jong-il, los turistas tenían que entregarlos en una consigna donde se les facilitaba un talón que ellos tenían que mostrar para  recoger sus teléfonos al salir de país.

Ahora uno puede quedarse con su móvil al declararlo en la aduana, aunque ninguna operadora telefónica extranjera tiene cobertura en Corea. En el aeropuerto, los turistas pueden adquirir una tarjeta SIM o un móvil con tarjeta incorporada de la operadora local Koryolink, la única que utiliza tecnología 3G, lo que la hace muy popular entre los turistas. Por cierto, nos cobraron 100 dólares por cuatro días de escaso uso de la tarjeta local.

Mayores libertades para los extranjeros

Como antes, los turistas están bajo la supervisión de guías oficiales. Según el Gobierno norcoreano, esto se hace para proporcionarles mayor comodidad. Hace dos años, todo extranjero tenía que ir acompañado por un miembro del Partido del Trabajo de Corea versado en temas de  ideología. Este año vinimos tres personas y nos asignaron a un joven funcionario de la cancillería norcoreana, que todavía no milita en el partido. Su curiosidad voraz le impulsó a hacernos preguntas sobre la vida en Rusia y las relaciones entre las personas.

Como en 2011, no hay muchos lugares a los que los periodistas puedan acceder, pero ya está permitido sacar fotos desde autobuses. Más aún, nos autorizaron fijar una pequeña cámara de video en el parabrisas del vehículo.

Un veterano estadounidense de la Guerra de Corea

Este año, Pyongyang celebra con gran pompa el 60º aniversario del fin de la Guerra de Corea. Fue sintomático que asistiera a este evento Tomas Hudner, un veterano estadounidense de 88 años, que combatió en el bando opuesto. Pasados 60 años de la Guerra, el veterano emprendió la búsqueda de los restos mortales de su compañero (todavía sin resultados positivos) para inhumarlos en su país.  El veterano piensa volver a Pyongyang en otoño próximo para seguir sus pesquisas.

Dividida en dos partes tras el término de la Segunda Guerra Mundial justo por el paralelo 38, la península de Corea pasó a ser escenario de una sangrienta guerra (1950-1953), en la que Corea del Sur fue apoyada por EEUU.

El veterano estadounidense asistió en la capital a la ceremonia de inauguración del Monumento Conmemorativo a los Caídos, presidida por Kim Jong-un. El acto solemne también contó con la presencia de veteranos norcoreanos y chinos que combatieron del lado de Corea del Norte. Aunque Hudner rehusó comentar las relaciones actuales entre Pyongyang y Washington, señaló que su viaje no habría sido posible sin las gestiones del Gobierno norcoreano y del propio líder del país, Kim Jong-un. No obstante, la visita del veterano estadounidense no significa una mejora en las relaciones entre los dos países, es más bien un gesto de buena voluntad de Kim Jong-un.

Otra muestra de ello es la inauguración del Museo Conmemorativo de la Victoria en la Guerra de Liberación de la Patria en Pyongyang, construido en menos de un año por  orden de líder norcoreano. El museo tiene tres plantas con salas de exposición que versan sobre el desencadenamiento de la guerra por parte de EEUU. El museo posee una colección de armas, mapas y planos de campañas militares, así como dioramas de batallas.

Cohete portador

Motivo de orgullo nacional es el cohete portador Unha-3, lanzado por primera vez hace un año, lo que provocó preocupación en el mundo. Las imágenes del cohete decoran la exposición de las flores nacionales: la flor de Kim Il-sung, un hibrido cultivado por botánicos indonesios; y la flor de Kim Jong-il, cultivada en Japón.

En la exposición están representados cada ministerio y organismo de Corea del Norte. Entre las flores y carteles que glorifican al pueblo norcoreano, instando a seguir adelante hacia la victoria definitiva, se encuentran numerosos modelos de cohetes Unha-3 y Unha-9, la única diferencia entre los cuales es el tamaño. Según nuestro acompañante norcoreano, esto refleja las perspectivas del pueblo. He aquí su comentario:

“Este cohete es motivo de orgullo para nuestro país y todo el pueblo norcoreano. A pesar de las insinuaciones de que es un misil balístico, quiero destacar que es un cohete portador con un satélite de uso civil. Creo que sólo países industrializados pueden construir y lanzar cohetes de tal tipo”.

En la primera planta del pabellón se exhibe un retrato enorme de Kim Il-sung y Kim Jong-il, debajo del cual está la frase, hecha de flores, que reza: “Los méritos de los grandes generalísimos son para la eternidad”.

Semejantes exposiciones de flores se celebran en Pyongyang varias veces al año: por ejemplo, en los días de los cumpleaños de los líderes norcoreanos y durante las grandes fiestas nacionales.

El culto a la personalidad

Como antes, la capital está decorada con lemas revolucionarios, alabando al Gobierno, y con los retratos del “Gran líder camarada Kim Il-sung” y el “Gran dirigente camarada Kim Jong-il”, como les llaman los norcoreanos. En ninguna parte aparecen imágenes del líder actual, “el estimado compañero Kim Jong-un”, que prohibió ponerlos porque, en su opinión, no acumula los necesarios méritos ante su país.

Durante la visita de Kim Jong-un al Museo Conmemorativo de la Victoria en la Guerra de Liberación de la Patria, construido por orden suya, había tan fuertes aplausos en honor del alto mandatario que uno podía saber en qué parte del museo está el líder. Tras la conclusión de otro acto solemne, el coche de Kim Jong-un se abrió paso en medio de la muchedumbre compuesta no sólo por norcoreanos, sino también extranjeros. No hubo necesidad de cortar el tráfico.

No se podría afirmar, sin embargo, que el culto a la personalidad haya desaparecido. La capital está engalanada con el lema “¡Viva el líder supremo, el respetado camarada Kim Jong-un!”. Cada vez que aparece en público, el pueblo le saluda con prolongados aplausos. Lo más curioso es que los norcoreanos aplaudan hasta a las imágenes de sus líderes en la televisión.

Todos los ciudadanos siguen llevando insignias con retratos de Kim Il-sung o Kim Jong-il. La primera insignia se entrega a los 14 años cuando uno ingresa en las Juventudes Comunistas. Se coloca en el lado izquierdo, cerca del corazón. El año pasado apareció un nuevo tipo de insignias, con la imagen de ambos jefes de Estado. Según nuestro guía, estas insignias son las más preciadas.

La vida en la capital

En los últimos dos años aumentó la cantidad de coches y edificios altos. En 2011, apenas se veían automóviles en la capital de Corea del Norte: los ciudadanos se desplazaban a pie o en bicicletas y recurrían a transporte público para trayectos largos. Los pocos coches que circulaban  por la ciudad eran de servicio o pertenecían a famosos artistas, deportistas y vanguardias del trabajo. El Partido del Trabajo de Corea (PTC) incentivaba de este modo a las personas destacadas por sus méritos ante la patria. Comprarse un coche era imposible.

Hoy en día, en la ciudad se ven muchos Toyota, Mercedes, Lexus, Volkswagen, todoterrenos rusos y otros autos extranjeros. También aparecieron taxis que cobran unos 70 céntimos de dólar por kilómetro, un precio exorbitante para un norcoreano.

Los norcoreanos todavía desconocen los atascos. Permanecimos en Pyongyang casi una semana pero nunca vimos una gasolinera y ni siquiera pudimos averiguar el precio de la gasolina.

En los últimos dos años aumentó el número de quioscos que venden un amplio surtido de helados, bebidas o flores. Según nuestro guía, un salario mensual de un empleado de la cancillería bastaría para comprar una o dos prendas de vestir y suficiente cantidad de arroz (con las tarjetas de racionamiento que le otorgan en su trabajo). Para adquirir una tele tendría que ahorrar. De comprar un coche, ni hablar.

Otra muestra de las trasformaciones en la sociedad es que los ciudadanos norcoreanos  sonrían a los extranjeros. Hace dos años, al encontrarse con un extranjero, los habitantes de Pyongyang bajaban la vista. Ahora saludan a los autobuses en los que viajan periodistas extranjeros y algunos incluso se atreven a decir “Hello”. Sin embargo, los habitantes de Pyongyang no osan mantener conversaciones con extranjeros. Se niegan a hablar, alegando cansancio o prisa. En caso de caer sobre un periodista muy insistente se ponen a recitar los adelantos inspirados por los líderes norcoreanos.

La música pop

Los cantos patrióticos siguen desempeñando un papel muy importante en la cultura norcoreana. Los himnos, las marchas militares y las canciones que enaltecen los méritos de los líderes y la vida feliz en el país suenan por todas partes, llegando incluso a sustituir a la publicidad televisiva.

La única banda de pop norcoreana Moranbong Band, formada por disposición de Kim Jong-un, va ganando popularidad en el país. Las cantantes de la única en Corea banda de pop actúan vestidas con faldas cortas y hasta bailan en la escena. 

Según la Agencia Telegráfica Central de Corea (KCNA, por sus siglas inglesas), "la creación de Moranbong Band responde a las exigencias del nuevo siglo y fue motivada por un grandioso plan para impulsar un giro copernicano en el ámbito de la literatura y el arte".

LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE RIA NOVOSTI

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