Barack Obama es un político ingenioso, lo reconocen hasta sus oponentes.
Ha logrado explicar las relaciones actuales entre Rusia y EEUU de tal manera que todos, en teoría, deben estar contentos: los republicanos más intransigentes (ya que el presidente se mostró firme y dijo todo lo que debía); y los estadounidenses normales, que ven que en realidad su país no tiene ningún problema serio con Rusia. Incluso Moscú debe estar satisfecho con la reunión '2х2' celebrada el viernes pasado en Washington entre los ministros de Asuntos Exteriores y de Defensa rusos y sus homólogos estadounidenses. La reunión se celebró aquel mismo día que Obama propuso tomar pausa para analizar las relaciones entre los dos países.
Pero, ¿de qué 'paréntesis' se trata cuando en una reunión de este tipo los participantes logran llegar a consenso en varios temas? Por ejemplo, los militares estadounidenses estarán presentes en las maniobras ruso-bielorrusas Zapad 2013, como proponen los rusos. En el curso de las mismas sus participantes se ejercitarán en el cumplimiento de misiones en el flanco Oeste. Los observadores estadounidenses, y no sólo ellos, van a evaluar el nivel de preparación los soldados rusos para una respuesta antiterrorista. De ahí que no estamos ante ninguna Guerra Fría, es algo totalmente diferente.
"Si ha cambiado algo [en la actitud de los estadounidenses hacia la cooperación militar con Rusia], este cambio es más bien para mejor, no vemos ninguna amenaza", dijo al finalizar la reunión el ministro de Defensa ruso Serguéi Shoigu. "No sentí nada que me hiciera preocuparme por nuestro futuro diálogo ni, hablando exclusivamente de la cooperación militar, por el enfriamiento en nuestras relaciones: al contrario", añadió.
EEUU-Rusia: Una pausa tras el reinicio, no un retroceso hacia la Guerra Fría >>
Serguéi Lavrov, ministro de Exteriores, también trajo noticias positivas. La semana que viene espera empezar a discutir la supresión de visados para los ciudadanos de los dos países. También dijo que estas reuniones adquirirían carácter regular.
Lo cierto es que dicha reunión marcó ciertos avances en las relaciones ruso-estadounidenses. Pero también es verdad que estos éxitos no son tan grandes como para ser un resultado satisfactorio de una cita de jefes de Estado. Pero si está elaborada una agenda para las negociaciones, la cita sí que tendrá lugar (esto fue confirmado en Washington).
¿Qué dijo Obama sobre los problemas que obstaculizan esta cita ahora? Depende de cómo interpretarle. Con Vladimir Putin, según dice, Obama mantiene un contacto normal. Pero en Moscú últimamente suena demasiada retórica del estilo de la Guerra Fría.
Esto quiere decir que la fuente de esta retórica no es el presidente ruso. Asimismo, el presidente estadounidense no es quien promueve la retórica antirrusa. Obama tiene razón, es una tontería echar la culpa de todo el mal en el mundo a EEUU. Los sentimientos antiestadounidenses hoy en día parecen algo antiguo y obsoleto, una muestra de un mal conocimiento de los cambios que ocurren en el mundo.
Sí, es cierto que en el propio EEUU son bastantes las muestras parecidas de ignorancia antirrusa. ¿Pero acaso debe el presidente criticar a sus senadores para defender un Estado ajeno?
Obama optó por mostrar, de manera muy correcta, cómo se hace la política cuando aparece un obstáculo insuperable como Edward Snowden, al cual, como entienden todos, Moscú no va a entregar. En este caso hay que ser, al estilo de Obama, algo frío, mantener una cierta distancia, no apresurarse y mostrar benevolencia: "Ya hablaremos cuando se arregle el asunto". Y por ahora, dejar que lo arreglen a nivel ministerial.
LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE RIA NOVOSTI
