Lobos Nocturnos es el primer club oficial de moteros en la historia de Rusia. Fue fundado hace 20 años, tiene una estricta jerarquía fijada por los estatutos y cuenta con cerca de 5.000 miembros.
El líder y fundador del club, Alexandr Zaldostánov, alias ‘Cirujano’, habló a RIA Novosti sobre la creación de los Lobos Nocturnos, sus tradiciones y su popularidad en el país.
-¿Por qué se ha hecho motero y cómo es que ha decidido que las motos ocuparían un lugar tan importante en su vida?
Como quien dice, así dispuso el destino. Soy médico de profesión, trabajo como cirujano y de allí mi sobrenombre. No lamento nada, creo que estuve en el momento y en el lugar precisos y algo le dejaré a mi país. Algo que para mí personalmente tiene una enorme importancia.
Me compré mi primera moto en la época soviética, en 1983, un año antes de acabar la carrera. Era una Yava y aquel modelo era un sueño no solo para los jóvenes, sino también para la gente adulta.
En aquellos momentos no nos podíamos llamar moteros, estaba prohibido. Por eso la gente se refería a nosotros como “representantes de la cultura informal”, rockeros, etc. Pero éramos y somos moteros, los moteros rusos. Algo le cogimos prestado a la cultura occidental, pero dimos una vuelta a sus ideas y seguimos nuestro propio camino.
Nuestro club Lobos Nocturnos se ha convertido en un fenómeno único, es más que un simple club de moteros, es una organización que se tiene en cuenta. Por algo viene el presidente de Rusia a visitarnos y también el Patriarca de Moscú y de Toda Rusia, Kiril, nos concede su bendición. Es lo que conseguimos en los 23 años de la existencia de Lobos Nocturnos.
-¿Y por qué el nombre de “Lobos Nocturnos”?
Es que nos sentíamos como una manada y todos nuestros eventos se celebraban por la noche. El nombre del club nació en los años 80, solo de noche nos podíamos apoderar de la ciudad, solo de noche nos sentíamos libres. Nos juntábamos entre 300 y 500 personas y recorríamos a una velocidad increíble la capital rusa, ocupando todos los carriles de las carreteras, sin que nadie nos lo pudiera impedir. La noche era nuestra salvación, la admirábamos por un estado de ánimo muy especial.
-¿Cuál es la ideología del movimiento?
En primer lugar, es una hermandad. El sentimiento de pertenencia a una cofradía, por así decirlo, a una orden religiosa si nos remontamos a la Historia rusa.
Además, tenemos ideología propia: somos cristianos, renegamos de los símbolos satánicos, no aceptamos a quienes retan a la religión ortodoxa. Queremos que el movimiento siga evolucionando de acuerdo con nuestras tradiciones, que los miembros del club las asimilen.
Más aún, buscamos ser una organización patriótica, hacer algo por nuestro país que, en realidad, hasta cierto grado hemos perdido al empezar a comprar chicles y vaqueros de importación, al abrir establecimientos de comida rápida del tipo McDonald´s. Estos son los postulados ideológicos de Lobos Nocturnos.
-¿Cómo puede hacerse uno miembro de su club?
En un principio, no tenemos limitaciones de edad, pero por supuesto no aceptamos a niños. Hay unos requisitos obligatorios: convertirse en nuestro aliado, amar las motos, la carretera y los viajes. Y, tercero, compartir nuestra ideología, nuestros sentimientos, percibirlos fuera del contexto político. Es un factor importantísimo.
Si uno reúne estos tres requisitos, ¡bienvenido sea! Es necesaria también la recomendación de un miembro del club. Existe una ceremonia de iniciación, pero la conoce únicamente aquella gente que quiere unirse al club.
-¿Y existe en su club una estructura determinada? ¿Y algún tipo de disciplina?
Hay varios escalones, tras subir cada uno de los cuales uno recibe un chaleco con todas las insignias.
-¿Tienen algunas preferencias por los modelos de las motos?
No suele ocurrir que todos los miembros del club escojan una marca conocida, Harley Davidson, por ejemplo, o alguna otra. Ahora tenemos más modelos de BMW, son más para viajes y se posicionan como una marca para aficionados a recorrer kilómetros. Por esa razón nos solidarizamos con esta empresa alemana.
-Es bien conocido que los alemanes sienten debilidad por las motos con sidecar de modelos antiguos. ¿Nunca ha pasado que les pidieran cambiarlos por algo o venderlos?
Lo ruso siempre resulta atractivo y no solo en el mundo de las motos, sabe. A los alemanes les encantan los antiguos modelos soviéticos. Posiblemente, se acuerdan de los BMW de los años 40 que eran tan carismáticos como máquinas fabricadas en nuestro país.
-Cuente sobre su modelo.
En realidad, tenía muchas ganas de que en Rusia hubiera un modelo propio con su leyenda particular. El proyecto fue realizado en una de las plantas rusas y tuvo mucho éxito. El Lobo costaba alrededor de 3.000 dólares y era muy bonito, con un motor de 45 CV. Era capaz de cubrir grandes distancias, al igual que los modelos japoneses, iba perfectamente a 140 por hora.
En el modelo se aprovecharon algunas tecnologías que mejoraban las cualidades técnicas del motor. No era extremadamente potente, pero sí proporcional. Para finales de los 90 y comienzos de los 2000 eran un verdadero avance.
Lo que no dependía de mí era la suerte que corriese la planta fabricante. En un momento dado su propietario perdió todo interés por el negocio. Desgraciadamente, ahora solo se mantiene la nave de pruebas, por lo que es imposible lanzar la producción en serie, pero me encantaría llevar a cabo esta iniciativa, para que Rusia tenga su propia moto.
-¿Es verdad que otros clubs ven con malos ojos sus “cálidas relaciones” con el presidente de Rusia, Vladimir Putin? ¿Les presta el Estado ruso algún tipo de ayuda?
En absoluto, somos gente completamente independiente y actuamos como nos viene en gana. Nadie me puede obligar a hacer lo que no me apetece, lo que no siento como algo mío. Y no somos un billete de 100 dólares para gustarles o no a los demás. Si a alguien no le caemos muy bien, nos lo tomamos con tranquilidad.
En cuanto a Vladimir Putin, nunca traiciono a mis amigos. Y soy capaz de apreciar lo que otros hacen por mí. El presidente es una persona como cualquiera. Un funcionario de nivel medio no me hacía ni caso y Putin sí. Aunque la atención ajena también nos da igual. Pero ello dice a favor de su perspicacia y su carácter.
Incluso si todos alrededor de mi se ponen a gritar que Putin no vale nada, no me apartaré de su lado, porque nunca vendemos a nuestros amigos. Lo veo como una personalidad de creencias afines, ésta es mi sensación. Por supuesto, es un político y no puede decir siempre lo que opina. Yo, sin embargo, soy muy directo en mis ideas y en mis declaraciones. Creo que percibimos el mundo de la misma forma. No lo veo como un funcionario, sino como una persona arriesgada, saber correr el riesgo y ganar. Tiene algo muy auténtico, muy ruso, muy de las motos y de nuestro club, me resulta simpático. De momento, no le he notado nada que me haga avergonzarme, como en caso de otros presidentes y secretarios generales. No supieron conservar el país, permitieron que se desmoronara, parecía que ya no quedaba gente honesta. Pero Putin parece diferente y sus planteamientos son otros.
-¿Es Vladimir Putin miembro de los Lobos Nocturnos?
¿Cómo podría un presidente ser miembro de ningún club? Por supuesto que no. Ha acudido en varias ocasiones a nuestros eventos y he podido hablar con él, lo que me dejó una sensación muy grata. Nos alegra que venga a vernos.
