La Segunda Guerra Mundial mes a mes. Agosto de 1942

© RIA Novosti . Maks Alpert / Acceder al contenido multimediaCáucaso, 1942
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Agosto de 1942 fue el 36º mes de la Segunda Guerra Mundial. Las unidades de la Wehrmacht cruzaron el río Don y se acercaron al Volga cerca de Stalingrado.

Agosto de 1942 fue el 36º mes de la Segunda Guerra Mundial. Las unidades de la Wehrmacht cruzaron el río Don y se acercaron al Volga cerca de Stalingrado.

Al mismo tiempo, lograron apoderarse de los pozos petrolíferos de la región de Maikop y hacer ondear la bandera de la Alemania nazi en la cima del monte Elbrus, el más alto de la cordillera del Cáucaso. En el Pacífico los marines estadounidenses desembarcaron en la isla Guadalcanal, lo cual provocó una serie de largas batallas.

La ira del Führer

El mes de agosto fue una época de dura crisis para la Unión Soviética: en el sur del país el enemigo avanzaba impetuosamente hacia el interior. Hubo momentos en los que parecía, como en 1941, que la máquina de guerra alemana era irrefrenable. Todas las tentativas de detenerla se traducían en fracasos del Ejército Rojo, mientras la Wehrmacht continuaba avanzando en dos direcciones divergentes.

En el Cáucaso del Norte las fuerzas soviéticas iban retrocediendo ante el empuje de las unidades del grupo de ejércitos enemigos. Los alemanes, sin grandes dificultades, consiguieron atravesar el río Kubán y tomar las ciudades de Stávropol. Armavir, Maikop y Krasnodar. Los soviéticos tuvieron que destruir urgentemente los pozos petroleros de la región de Maikop. El 19 de agosto iniciaron los encarnizados combates por el puerto de Novorossiysk, en el Mar Negro, defendido por el 47º Ejército y los marinos de la Flota del Mar Negro y de la Flotilla de Azov.

Los nazis alcanzaron la Gran Cordillera del Cáucaso y el 21 de agosto izaron en Elbrus la bandera del Tercer Reich. Aquel mismo día el general Franz Halder, jefe del Estado Mayor, escribió en su diario: “El Führer está muy agitado con respecto a la lenta conquista de los puertos del Cáucaso”. El Ministro de Armamento y Guerra del Tercer Reich durante la Segunda Guerra Mundial, Albert Speer, recordaba más tarde que Hitler se había puesto fuera de sí al conocer la noticia llamando a los cazadores de montaña “escaladores locos” que en lugar de avanzar hacia Sujumi, en el Mar Negro, se entretenían en la otra parte del Cáucaso.

Pero el Führer no tenía por qué regañar a sus subordinados: el 25 de agosto, las fuerzas alemanas entraron en Mozdok, al noroeste de Grozni, capital de Chechenia. A finales del mes los nazis ocuparon al ciudad de Anapa en el mar Negro, cercando las unidades soviéticas de infantería marina que defendían la península de Tamán, que tuvieron que escapar del cerco con la ayuda de los buques de la Flotilla Militar de Azov.

En general, la Wehrmacht, ganó la primera fase de la batalla por el Cáucaso. Los alemanes llegaron muy cerca a las reservas estratégicas de la URSS: los campos petrolíferos de Grozni (Chechenia) y Bakú (Azerbaiyán) y los yacimientos de wolframio y molibdeno, materiales imprescindibles para la fabricación de la coraza de tanques.

Por otra parte, desde el punto de vista político, la conquista del Cáucaso por los nazis amenazaba con empujar a Turquía a intervenir en la guerra en apoyo del bando alemán.

La ciudad convertida en ruinas incendiadas

En las proximidades de Stalingrado las cosas no iban mejor. A principios de agosto el grupo de Ejércitos B cercó a cuatro divisiones soviéticas del 62º Ejército al oeste de la ciudad de Kalach situada en la orilla del río Don, a 80 kilómetros de Stalingrado. Tras dos semanas de cruentos combates solo unos pocos soviéticos consiguieron salir de las tenazas.

El 5 de agosto, el Cuartel General de las Fuerzas Armadas de la URSS decidió dividir las fuerzas que defendían la ciudad en dos frentes, el Frente Sureste, comandado por el general Yeriómenko, y el de Stalingrado, bajo la comandancia del general Gordov. El primero debía defender los accesos a la ciudad desde el sur; el segundo, la propia ciudad. Sin embargo, en breve resultó que la división obstaculizaba el uso de la aviación y, por lo tanto, el Frente de Stalingrado fue puesto bajo el mando de Yeriómenko.

El 9 de agosto Stalin emitió una disposición en la que exigía a los comandantes de los frentes “no ahorrar esfuerzos ni tener en cuenta los sacrificios necesarios para defender Stalingrado y derrotar al enemigo”.

Además, el Cuartel General soviético destinó dos ejércitos de reserva, el 1º Ejército de Guardias y el 4º Ejército de Tanques, que atacaron al enemigo por el norte intentando frenar su avance hacia el este. Estos ataques consiguieron detener a los alemanes en los accesos a Stalingrado. El general Franz Halder anotó en su diario: “Paulus (comandante del VI Ejército alemán) en la zona norte tiene que participar en unos duros combates defensivos”.

Sin embargo, tras tres semanas de combates encarnizados, el VI Ejército al mando de Paulus recibió un refuerzo de tropas y el 19 de agosto reinició su avance hacia el este, hacia Stalingrado que estaba tan solo a 60 kilómetros de distancia. El 22 de agosto las unidades alemanas cruzaron el río Don. Al día siguiente, Stalingrado fue sometido al primer bombardeo masivo que causó la muerte de más de 40.000 personas, civiles en su mayoría. La ciudad se convirtió en ruinas incendiadas.

Yeriómenko recordaría más tarde: “Había visto mucho durante esta guerra pero lo que presencié el 23 de agosto en Stalingrado me dejó de piedra, parecía una pesadilla... Los chillidos de las bombas en el aire se mezclaban con el ruido de las explosiones, con el estruendo de los edificios derrumbándose. Los heridos gemían, las mujeres y los niños sollozaban suplicando ayuda”.

Ese mismo día, el 23, la vanguardia del VI Ejército alemán alcanzó el Volga cerca de la parte norte de Stalingrado separando de esta manera el 62º Ejército soviético de las demás fuerzas del Frente de Stalingrado. La comunicación telefónica fue cortada, y Stalin recibió el parte por la radio más tarde.

La conquista de una gran ciudad industrial en la orilla del Volga permitiría a Hitler cortar las arterias de transporte terrestre y acuático vitales para la URSS, lo cual dificultaría enormemente el abastecimiento del Ejército Rojo. Además, la caída de la ciudad, que llevaba el nombre de Stalin, surtiría un efecto devastador en la moral soviética.

Pero la batalla de Stalingrado solo estaba empezando y la idea fija de Hitler de capturar la ciudad condujo al Tercer Reich a una gran derrota y, al fin de cuentas, al viraje radical en la Segunda Guerra Mundial. Los combates por la propia ciudad no empezarían hasta el septiembre de 1942.

Intentando romper la línea de defensa del enemigo

Mientras tanto, en la zona central del frente soviético-alemán continuaba la batalla de Rzhev, no menos grandiosa que la de Stalingrado. Pese a que los soviéticos habían tomado en sus manos la iniciativa en las operaciones, durante casi todo el mes de agosto de 1942 los Frentes Occidental y Kalinin intentaron romper la línea de defensa del enemigo en los accesos a la ciudad.

El avance de las tropas soviéticas si vio frenado por la contraofensiva de las unidades de la Wehrmacht en las zonas del Frente Occidental. Los nazis no consiguieron éxito pero las fuerzas del Ejército Rojo estaban agotadas y, por lo tanto, los soviéticos no pudieron acercarse a Rzhev hasta finales de agosto.

Al igual que en Stalingrado los combates dentro de la ciudad comenzaron en septiembre de 1942 y fueron igual de cruentos.

El 26 de agosto el comandante del Frente de Kalinin, el general Kónev, reemplazó en el mando del Frente Occidental al general Zhúkov, ascendido a Comandante en Jefe adjunto y destinado al Frente del Suroeste para estar a cargo de la defensa de Stalingrado.

Los desembarcos de los aliados

En agosto de 1942, los Aliados llevaron a cabo dos grandes operaciones de desembarco con distinto resultado. El 19 de agosto, 6.000 soldados de infantería de unidades canadienses y británicas desembarcaron en la costa norteña de Francia y asaltaron el puerto francés de Dieppe. El objetivo era capturar y mantener el puerto por un tiempo breve, solo para probar que era posible, así como para capturar prisioneros para ser interrogados más tarde. El desembarco es considerado un completo desastre, al fracasar el cumplimiento de todos los objetivos finales

La principal fuerza de choque de los atacantes, los tanques, se atascó en la playa, convirtiéndose en el blanco perfecto para la artillería nazi. Los carros blindados que consiguieron entrar en la ciudad resultaron atrapados en las estrechas calles de la misma.

De los 6.086 hombres que llegaron a la costa, 4.384 fueron eliminados, heridos o capturados por los alemanes, que perdieron 561 hombres. Las fuerzas aéreas aliadas fracasaron en su intento atraer a la Luftwaffe al combate, perdiendo 106 aviones frente a 48 de los alemanes. La próxima vez que los aliados se atreverían a un desembarco en las costas de Francia no sería hasta al cabo de dos años, el 6 de junio de 1944. No obstante, la catástrofe de Dieppe sirvió de lección para los posteriores desembarcos exitosos: Operación Torch y Operación Overlord.

Mucho más exitosa para los aliados fue, la campaña de Guadalcanal, que se desarrolló entre el 7 de agosto de 1942 y el 9 de febrero de 1943 alrededor de la isla de Guadalcanal en el marco del Frente Del Pacífico. Esta campaña militar fue la mayor ofensiva lanzada por los Aliados contra las fuerzas del Imperio del Japón.

El 7 de agosto de 1942, las fuerzas aliadas, principalmente estadounidenses, iniciaron desembarcos en la isla de Guadalcanal y otras islas del Pacífico. Su objetivo era impedir que dichas islas fueran utilizadas por los japoneses como bases desde las que se amenazaran las rutas de suministro entre los Estados Unidos, Australia y Nueva Zelanda. Las fuerzas aliadas arrollaron y superaron en número a las de los defensores, capturando las islas, así como un aeródromo que estaba en construcción en Guadalcanal.

Sorprendidos por la ofensiva aliada, los japoneses hicieron varios intentos entre agosto y noviembre de 1942 para retomarlas, pero las tentativas fracasaron. La campaña de Guadalcanal fue la primera victoria estratégicamente importante por parte de las fuerzas combinadas de los Aliados en el teatro del Pacífico.

En el mismo mes de agosto tuvo lugar la batalla de las Salomón Orientales, que se desarrolló del 24 al 25 de agosto de 1942 entre la Armada Imperial Japonesa y la Armada de Estados Unidos. Todos los ataques de ambas partes los llevaron a cabo aeronaves ya sea de portaaviones o con base en tierra. Después de varios ataques aéreos dañinos, los combatientes navales de superficie, tanto de Estados Unidos como de Japón, se retiraron del campo de batalla a ambos lados sin obtener una victoria clara. Sin embargo, los estadounidenses y sus aliados obtuvieron una mayor ventaja táctica y estratégica en la batalla que los japoneses.

LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE RIA NOVOSTI

 

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