La ‘Ley Magnitski’ es un nuevo motivo de tensiones entre Moscú y Washington

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En breve podría someterse a consideración del Congreso de Estados Unidos la llamada ‘Ley Magnitski’.

En breve podría someterse a consideración del Congreso de Estados Unidos la llamada ‘Ley Magnitski’.

Este documento, aseguran los expertos, puede considerarse parte de la lucha preelectoral entre los dos candidatos a la presidencia estadounidense, Barack Obama y Mitt Romney, y al mismo tiempo ser interpretado como un indicio del actual distanciamiento entre Moscú y Washington.

La comunidad profesional está dividida sobre si el acta acabará siendo ratificada. Algunos opinan que incluso en caso de aprobación no se aplicará, como ocurre actualmente con enmienda Jackson-Vanik, pero servirá de una moneda de cambio en las relaciones bilaterales, cuando no de motivo de tensiones políticas entre Estados Unidos y algunos países.


A modo de respuesta Rusia podría tomar contramedidas

El documento en cuestión está todavía en la etapa inicial del proceso de aprobación por el Congreso de EEUU. El Comité Internacional de la Cámara de Representantes aprobó la ley de manera unánime, y si llega a recibir el visto bueno de otros dos comités, el Jurídico y el de Finanzas, se someterá a consideración y posterior votación del pleno de la Cámara.

El autor de la ley, senador Benjamín Cardin, redactó una lista que contiene 60 nombres de funcionarios rusos (pertenecientes al Ministerio del Interior, Servicio Federal de Seguridad, la Agencia Tributaria, la Corte de Arbitraje, la Fiscalía General y la Dirección General de Ejecución de Condenas) a quienes, en su opinión, habría que prohibir la entrada en el territorio estadounidense y cuyas cuentas en el país deberían congelarse. Dichas personas, asegura el senador, están involucradas de una u otra forma en la persecución ilegal y el fallecimiento en la cárcel en 2009 del experto en derecho de la Fundación Hermitage Capital, Serguéi Magnitski.

El Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, a través del observador de los derechos humanos Konstantin Dolgov confirmó la posibilidad de lleva a cabo  contramedidas. Además, “si el documento en cuestión llega a aprobarse, será contraproducente y, como mínimo, rayará en la intervención en los asuntos internos, lo que constituiría un curso desfavorable de los acontecimientos”, señaló Dolgov.

En octubre de 2011, el ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, señaló que la redacción de la llamada “lista Magnitski” representaba una grave infracción del principio de presunción de inocencia. “No fue probada la culpa de ninguna de las personas cuyos nombres figuran en la lista”, manifestó el titular de la cartera de Exteriores, y ninguno de nuestros aliados extranjeros está facultado para tomar decisiones en vez de nuestro sistema judicial o imponernos ninguna decisión que únicamente puede ser tomada por el sistema judicial ruso”.

Por su parte, el Ministerio de Asuntos Exteriores ruso aprobó una lista de personas ‘non gratas’ de ciudadanos de Estados Unidos que está formada, según el portavoz del Ministerio, Alexander Lukashévich, por “funcionarios de alto rango involucrados en delitos humanitarios de gran repercusión”. Sin embargo, la lista no se llegó a hacer pública. Un portavoz oficial subrayó que “no se puede permitir que los juegos políticos con listas de exclusión echen a perder los avances de las relaciones bilaterales”.


Se desconoce, si el acta se llega a aprobar

 A juzgar por lo publicado en los medios de comunicación de EEUU, la mayoría de los expertos coinciden en que el documento será aprobado. Algunos de sus compañeros de oficio rusos esperan que no llegue a ocurrir.

La presidenta de Transparency International Rusia, Elena Panfílova, subraya que en la élite política estadounidense hay numerosos partidarios y adversarios de la aprobación de dicho documento.

“Cuánto más avance este proyecto de ley en el proceso de aprobación, mayores debates despertará, en gran medida porque el país se acercará cada vez más a las elecciones presidenciales”, explica.

Los expertos se inclinan por considerar la hipotética aprobación de la ‘Ley Magnitski’ en el contexto de dos acontecimientos: las próximas elecciones en Estados Unidos, en las que se enfrentarán el candidato por el partido Demócrata, Barack Obama, y su rival por el Partido Republicano, Mitt Romney. La segunda circunstancia que debería tenerse en cuenta es la abolición de la famosa enmienda Jackson-Vanik de 1974, que limitaba el comercio con la Unión Soviética.

De acuerdo con las palabras del vicedirector del Instituto de Estudios de EEUU y Canadá, Pável Zolotariov, Obama podría permitir la aprobación de la ‘Ley Magnitski’ a cambio de la abolición de la enmienda Jackson-Vanik. Sin embargo, el experto señala que ambas leyes tienen un carácter simbólico: la famosa enmienda lleva sin aplicarse desde 1989, y todo parece indicar que la nueva ley correrá la misma suerte. Además, añade, Barack Obama en vísperas de las elecciones está atado de pies y de manos en una serie de cuestiones relacionadas con Rusia, incluido el sistema de defensa antimisiles.

El director del Instituto de Evaluaciones Estratégicas, Sergei Oznóbischev, pronostica una probabilidad del 70% para la aprobación del proyecto de ley y lo argumenta con el actual enfriamiento de las relaciones entre Rusia y los países occidentales. No obstante, supone que no estará vinculado con la abolición de la enmienda Jackson-Vanik, dado que la Administración de Obama ya ha conseguido importantes éxitos al respecto.

Evidentemente, a Barack Obama le gustaría demostrar los avances de la política de “reinicio de las relaciones bilaterales”. Por lo tanto, sería de su interés conseguir la abolición de la mencionada enmienda y bloquear la aprobación de esta “lista de Cardin”, pero en este caso correría el riesgo de perder más votos de los que se puede permitir y quedarse sin respaldo de su propio partido, porque el proyecto de ley fue formulado precisamente por los senadores por el Partido Demócrata.

El catedrático de Politología General en la Escuela Superior de Economía, Leonid Poliakov, no está muy seguro de que el proyecto de ley llegue a aprobarse. El motivo, opina el experto, radica en la postura del presidente Obama y en las particularidades de la política preelectoral en Estados Unidos.

“Los republicanos gozan de la mayoría en la Cámara de Representantes del Congreso. Buscan tensar al máximo las relaciones con Rusia, para ganar de esta forma puntos para su candidato, asegura. Así que, incluso, si el proyecto de ley es aprobado por la cámara baja, en el Senado dominan los demócratas y además el presidente Obama podría ejercer su derecho al veto”, concluye.

En opinión de Leonid Poliakov, si se consigue que Obama apoye la aprobación de la “Ley Magnitski” se verá seriamente desacreditado, porque habría indicios de que su estrategia no belicosa respecto a Rusia ha fracasado. Mientras tanto, Mitt Romney ha anunciado públicamente que para él Rusia representa al principal enemigo geopolítico de Estados Unidos.


Asuntos serios no deben convertirse en moneda de cambio para políticos

“Sería muy triste que el proyecto de ley relacionado con asuntos muy serios se aprovechara para luchar contra los rivales políticos, es un tema muy delicado para muchos países. Y la gente a la que dicha ley debería aplicarse en diversas naciones, arruinó y causó serios daños a la vida de muchas personas”, indica Elena Panfílova.

El hecho de convertirse cosas tan serias en una moneda de cambio es lamentable, precisa la experta. Además, el mecanismo de la ley no viene dirigido únicamente los funcionarios corruptos en Rusia.

“Podría generar tensiones políticas entre Estados Unidos y muchos otros países, porque hay Estados donde se pisotean los derechos humanos y que cometen estas infracciones y gustan de viajar a EEUU, tienen propiedades allí y son clientes de los bancos estadounidenses”, explicó.


Las posibles consecuencias

Nunca ha sido fácil emitir pronósticos, pero algunas consecuencias de la posible aprobación de la ‘Ley Magnitski’ parecen ser muy predecibles.

Los expertos entrevistados por RIA Novosti coinciden en que en cuanto la “Ley Magnitski” sea aprobada, el Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia presentará una nota de protesta y hará pública la lista de personas ‘non gratas’ de ciudadanos estadounidenses, personas que tienen intereses en nuestro país y para quienes la prohibición de entrada supondrá un golpe fuerte.

En estos momentos, nadie sabe quiénes son los integrantes de esta lista, se nombra a empresarios y a periodistas que ofrecen “cobertura incorrecta” de los acontecimientos en Rusia.

Existe también una tercera versión: “Seguramente habrá funcionarios estadounidenses que infrinjan los derechos de los nacionales, pero lo más probable es que en la lista rusa aparezcan nombres de la gente involucrada en la persecución judicial de ciudadanos rusos como Víctor Bout”, opina Elena Panfílova.

Leonid Poliakov desconoce la composición de las propiedades de los 60 integrantes de la lista, pero supone que los servicios secretos estadounidenses disponen de suficientes datos como para entender que dichas sanciones causarán efecto en esta gente.

Al mismo tiempo, es evidente que la situación no fomentará las relaciones bilaterales. Pavel Zolotariov, por su parte, tampoco cree que lleguen a empeorar considerablemente.

Leonid Poliakov está seguro de que las relaciones entre Moscú y Washington ya están atravesando una etapa peligrosa, estado que podría agravarse todavía más a raíz de la aprobación de la ‘Ley Magnitski’. “Estamos entrando en la fase de ‘Guerra Templada’ entre Occidente y Rusia, y todo parece indicar que hemos llegado al punto crítico”, advierte.

A juzgar por la prensa estadounidense, en EEUU dicho proyecto de ley es considerado una causa noble que tiene por objetivo ayudar a Rusia a superar sus problemas y garantizar la supremacía de la democracia y de los derechos humanos. Es por ello por lo que el documento ha encontrado numerosos partidarios entre los republicanos y los demócratas. En contra se muestran únicamente los representantes de los círculos empresariales, cuyos intereses suelen verse afectados por cualquier desestabilización de la situación en el mundo.

LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE RIA NOVOSTI

 

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