Visados como herramienta del diálogo político entre Rusia y EEUU

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La simplificación del régimen de visados entre Rusia y EEUU para fomentar el turismo y los viajes de negocios es también un intento de relajar la tensión en las relaciones bilaterales.

La simplificación del régimen de visados entre Rusia y EEUU para fomentar el turismo y los viajes de negocios es también un intento de relajar la tensión en las relaciones bilaterales.

Sin embargo, y a pesar de que esta medida pueda resultar un éxito, es poco probable que los visados se eliminen totalmente.

Rusia y EEUU intercambiaron el pasado sábado unas notas sobre este particular. De acuerdo con estos documentos, los hombres de negocios y los turistas podrán obtener visados múltiples por tres años y los funcionarios, visas múltiples por un año. 

De momento, no está claro cuándo comenzarán a expedirse estos visados, ya que la legislación rusa no prevé la concesión de visados de entradas múltiples por tres años y porque, además, el acuerdo todavía no ha sido ratificado en Moscú. 

El pasado viernes, el viceministro ruso de Asuntos Exteriores, Sergei Riabkov, declaró que la simplificación del régimen de visados entre los dos países es el primer paso hacia su anulación.

“Esperamos que los colegas estadounidenses vean las cosas como nosotros y perciban el actual acuerdo como un trampolín para un documento de mayor alcance que nos gustaría redactar también en tiempo récord”, apuntó Riabkov.

Los politólogos no comparten el optimismo de los diplomáticos, subrayando que es poco probable que EEUU dé un paso tan radical por temor a una afluencia descontrolada de emigrantes y un aumento del crimen organizado.

“Hay algo de especial en este paso”

Fue el primer ministro de Rusia, Vladimir Putin, quien al reunirse con el vicepresidente de EEUU, Joe Biden, propuso suprimir los visados entre los dos países.

“Los estadounidenses no arden en deseos de llevar a la práctica esta idea por considerarla una concesión a Rusia”, señaló a RIA Novosti el subdirector del Instituto de EEUU y Canadá, Víctor Kremeniuk.

La falta de entusiasmo de EEUU se debe a que las relaciones entre Rusia y EEUU avancen lentamente. “Si  tuviéramos unas relaciones más intensas, sobre todo en los negocios o en el ámbito de los intercambios culturales, muchos estadounidenses estarían a favor de simplificar la expedición de visados. Sin embargo, la realidad es muy diferente y esta propuesta se percibe como una petición que hay que aceptar sólo porque de lo contrario, las relaciones bilaterales corren el peligro de volverse a enfriar”, aclaró Kremeniuk.

Un régimen de visados más laxo puede contribuir al fomento de las relaciones en los negocios y la economía. “En este paso hay algo de especial. En nuestras relaciones con Estados Unidos brillan por su ausencia nuevos ámbitos de cooperación como el comercio, las inversiones y el intercambio de tecnologías. Por esta razón, al suavizar el asunto de los visados se podría comunicar impulso el desarrollo del comercio, por ejemplo”, explicó el experto.

Según el director del Instituto de Problemas de la Globalización, Mijaíl Deliaguin, las concesiones en el tema de visados son indicios directos de los problemas económicos que afronta Estados Unidos. “Es posible que todo esto sea el resultado de los problemas económicos en el propio EEUU que necesita facilitar la afluencia de hombres de negocios y relanzar la actividad económica. Si esto fuera así, sería estupendo”, dijo.

Este paso también se puede ver como positivo desde el prisma del aumento de la confianza entre los dos países, opina el director del Centro de estudios europeos de la Escuela Superior de Economía, Timofei Bordachov.  

Las concesiones en el terreno de los visados no ayudarán a mejorar las relaciones bilaterales

En opinión de Mijaíl Deliaguin, a pesar de las evidentes ventajas que tendrá para el desarrollo de los lazos económicos y comerciales, la abolición de las trabas en la tramitación de los visados no será suficiente para superar las tensiones políticas en las relaciones globales entre Moscú y Washington.

Un sustancial enfriamiento entre ambos países se produjo en relación con las diferencias respecto al sistema de defensa antimisiles (DAM). EEUU se negó a cumplir las exigencias de Moscú y presentar garantías jurídicas de que este sistema no apuntará a Rusia. Es más, como declaró el pasado fin de semana el ministro ruso de Asuntos Exteriores, Sergei Lavrov, Washington reconoció que sus planes de despliegue de la DAM podrían ampliarse a los mares Negro, de Barents, del Norte y Báltico. 

Rusia ha declarado en varias ocasiones que no descarta tomar medidas de respuesta de carácter militar, incluido el abandono del tratado START.

Hay otro problema que ha empeorado las relaciones entre los dos países. Se trata de la llamada “lista Magnitski”, que veta la entrada a EEUU  de decenas de funcionarios rusos implicados en la investigación del caso de Sergei Magnistski.

Algunos expertos postulan que el visto bueno de EEUU para suavizar el sistema de visados con Rusia se debe al deseo de rebajar el efecto negativo de la introducción de sanciones contra funcionarios rusos y demostrar que el turismo y la llegada de gente normal al país son bien vistos. 

Según Mijaíl Deliaguin, estas pequeñas concesiones no pueden contribuir al reinicio (considerado muerto) de las relaciones entre los dos países. “El avance parcial en algunos temas, con la enésima promesa estadounidense de pensárselo, como con la enmienda de Jackson-Vanik e incluso con la relajación del régimen de visados, no sirven de compensación. Hay relaciones políticas e intergubernamentales, también las hay económicas y comerciales, etc. En el terreno de las relaciones políticas, Obama ha colocado una roca tan grande en Honolulu cuyo peso podría resultar definitivo”, indicó el experto.

Trabas para la supresión de los visados

Rusia desea conseguir la supresión definitiva de los visados. Y no sólo con EEUU, sino también con la Unión Europea. Este asunto se tratará en la próxima cumbre Rusia – UE a celebrarse a mediados de diciembre próximo en Bruselas. 

Pero ni la Unión Europea ni Estados Unidos suprimirán el régimen de visados hasta que el gobierno ruso consiga reducir la corrupción y normalizar la situación en el Cáucaso del Norte. La situación en esta región siempre ha sido motivo de preocupación para Europa y EEUU y es la principal razón de la vigencia de visados, considera Mijaíl Deliaguin.

“Mantendremos el régimen de visados con todos los países industrializados, porque tenemos el problema del Cáucaso del Norte. Todos los países libran la lucha contra la criminalidad étnica propia y no la necesitan importar de ninguna otra parte. Cuando la catástrofe social del Cáucaso del Norte se resuelva y esta región sea una parte normal de la Federación Rusa, entonces se abordará el asunto de supresión de los visados”, piensa Deliaguin.

La situación en el Cáucaso preocupa sobremanera a Occidente, aunque, en opinión de Timofei Bordachov, los temores de los estadounidenses y europeos son bastante exagerados.

“Yo creo que la causa del retraso en la supresión de los visados se centra en unos temores atávicos relacionados con Rusia. En realidad, funciona una especial y, a la vez elemental, lógica burocrática, según la cual a un país lo califican de peligroso o seguro desde el punto de vista del terrorismo internacional en dependencia de la cantidad de atentados terroristas perpetrados.

En este sentido, Rusia se encuentra en las primeras posiciones de los países peligrosos, porque en el Cáucaso disparan y las bombas estallan con frecuencia”, dijo.

“Ese ridículo papelito de color”

Bordachov está convencido de que el asunto de los visados tiene matización política: “Este ridículo papelito de color en el pasaporte desde el punto de vista técnico es innecesario. Se puede controlar el movimiento de la gente sin visados, mediante controles electrónicos en las fronteras. Por este motivo, cualquier movimiento en este terreno es muestra o ausencia de voluntad política y confianza”.

En opinión del experto, EEUU y la Unión Europea podrían utilizar el deseo de Rusia para eliminar los visados como herramienta de presión. “Yo creo que mucha gente en Occidente querría utilizar esta discusión como instrumento político para obtener beneficios en el escenario político internacional”.

Tal juicio parece bien fundamentado, si se tiene en cuenta que entre Rusia y Occidente existen serias divergencias no sólo respecto al sistema de defensa antimisiles, sino también en la actitud hacia los países de África del Norte y Oriente Medio, donde continúan protestas masivas de las fuerzas opositoras. Rusia censura enérgicamente la política de Occidente en relación a Siria y las acciones bélicas de la OTAN en Libia.

Sin embargo, a pesar de las discrepancias políticas, la supresión de los visados es cosa del tiempo, piensa Timofei Bordachov: “Yo creo que en un plazo de 10 ó 15 años, siempre y cuando no ocurran tragedias globales, Rusia y la Unión Europea, y Rusia y EEUU podrán introducir, en pie de reciprocidad, un régimen libre de visados para la circulación de los ciudadanos”.

LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE OBLIGATORIAMENTE CON LA DE RIA NOVOSTI

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