Serguiev Posad guarda el alma de la ortodoxia en el corazón de Rusia

© RIA Novosti . Olga KrindinaEl panorama de la ciudad desde el campanario del monasterio de la Santísima Trinidad
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La ciudad de Serguiev Posad, en la provincia de Moscú, es una verdadera joya histórica y arquitectónica de la parte central de Rusia.

La ciudad de Serguiev Posad, en la provincia de Moscú, es una verdadera joya histórica y arquitectónica de la parte central de Rusia.

Es otro eslabón del Anillo de Oro, un conglomerado de ciudades ancestrales dispersas fuera de Moscú, notables y queridas por los rusos por su profundo contenido cultural y religioso.
 
Сorazón de la Rusia ortodoxa

Hoy en día la ciudad atrae a numerosos visitantes tanto rusos como extranjeros que quieren ver algo más allá de la capital, una Rusia más tranquila, mesurada, sencilla, rústica y muy auténtica.

Como cualquier otra urbe tiene un lugar clave, sin el cual es imposible imaginarla. Su corazón es el emblemático monasterio de la Santísima Trinidad y San Sergio.

Este monasterio como ningún otro aglutina en sí el ascetismo y la sencillez de la vida monacal junto con la sabiduría y la espiritualidad del cristianismo.

Pasan los siglos, cambian los sistemas políticos, ocurren avances tecnológicos, pero las tentaciones del mundo jamás pueden corroer  la serenidad de este lugar, donde el visitante comprende lo frágil que es la vida, acepta la vulnerabilidad de su existencia, e incluso siente un instante de felicidad al constatar el alegre vigor de la naturaleza en cada amanecer.

El monasterio siempre ha sido y sigue siendo una fuente inagotable de apoyo espiritual que aplaca la sed del alma. Y como aseguran los monjes, no depende de murallas ni las iglesias con íconos maravillosos sino en la firmeza de la fe y el espíritu vivificante que permiten a cada uno, sea turista ocioso o un creyente empedernido, percibir la presencia de Dios en su vida.


Vida y obra de San Sergio

El convento data del año 1337, fundado por San Sergio, santo patrón de la Iglesia Ortodoxa de Rusia, venerado y admirado por los rusos cristianos, es centro de la peregrinación.

San Sergio nació en una familia noble en 1314 y desde la adolescencia manifestó un gran interés hacia la vida monacal. A la edad de 23 años, junto con su hermano mayor, se alejó a un bosque en las afueras de Radonezh (la localidad se ha conservado hasta hoy) donde los dos construyeron una casa y una ermita de madera, en honor a la Santísima Trinidad.

Pronto el hermano de San Sergio abandonó el lugar, sin poder soportar las condiciones duras de una vida en pleno bosque, mientras que San Sergio siguió el camino de abstinencia, dedicándose a las oraciones y la lectura de Santas Escrituras, imitando el ejemplo de los afamados eremitas cristianos. Dos años después se hizo fraile y pronto otros monjes, atraídos por el deseo de llevar una vida similar vinieron al lugar donde vivía. Así fue apareciendo el monasterio.

La fama sobre el devoto cristiano se difundió por los poblados cercanos y toda Rusia. Numerosos peregrinos, nobles y plebeyos, ricos y pobres, acudían a San Sergio para buscar alivio y consejo. Algunos sentaron raíces cerca al monasterio, huyendo de la civilización.

La Rusia de aquel entonces estaba dividida en varios principados, cuyos gobernadores desataban  guerras intestinas unos contra otros, lo que facilitó la invasión tártaro-mongola.

En 1380 el Gran Duque de Moscú Dimitri vino a pedirle a San Sergio su bendición para un importante combate contra los tártaro-mongoles, conocido como la batalla de Kulikovo. El santo animó al príncipe y rezó por la victoria contra el enemigo invasor pagano.

En el combate participaron también dos monjes del convento de San Sergio, que eran famosos paladines antes de su ordenación. Durante el combate uno de ellos mató al caudillo militar tártaro. La victoria en la batalla marcó un momento crucial para que Rusia iniciara el proceso de la reconquista y se liberara del yugo tártaro.

San Sergio murió en 1392 a la edad de 78 años. Tres décadas después sus reliquias fueron depositadas en la iglesia de la Santísima Trinidad, construida en el lugar de la ermita de madera edificada por San Sergio y su hermano, fue primer edificio de piedra erigido en el territorio del monasterio.
 

Baluarte de la fe cristiana

El monasterio de la Santísima Trinidad y San Sergio ha sido  testigo de los acontecimientos tanto trágicos como felices más importantes de la historia rusa.

Así, se convirtió  en el baluarte de la fe ortodoxa y ayudó a prevenir la invasión del trono zarista durante el Período Tumultuoso de Rusia (1598-1613), interregno entre las dos dinastías zaristas, Riúrikovich y Románov.

El convento resistió el asedio que duró 16 meses y ayudó a prevenir la ofensiva contra Moscú, repeliendo ataques de los invasores polaco-lituanos que intentaron apoderarse de la capital aprovechando la crisis política, económica y social que coincidió con desastres naturales y hambre.

Tras la Revolución de 1917, las nuevas autoridades convirtieron el convento en un museo y pusieron fin a la vida monacal que se reanudó tras la sangrienta Gran Guerra Patria de 1941-1945. Actualmente, el monasterio cuenta con dos centenares de frailes, su vida espiritual brota a raudales.
 
Patrimonio arquitectónico del monasterio

Cada edificio en el territorio del convento es una joya auténtica de la arquitectura rusa. Tal por eso,  en 1993 su conjunto arquitectónico fue incluido en la lista del Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO.

Aquí se puede observar iglesias de diferentes épocas, una enciclopedia a la vista del desarrollo de la arquitectura eclesiástica rusa.

El edificio más antiguo del monasterio es la iglesia de la Santísima Trinidad (1422). Pertenece a la llamada arquitectura temprana moscovita.
Hay que entrar en la penumbra de este edificio para experimentar una sensación inexplicable de veneración, el palpitar del corazón, el dulce olor a incienso. Con poca luz de las velas más allá se disimula un grupo de visitantes, ancianos y jóvenes, todos silenciosos, que se acercan uno por uno hacia un enorme relicario de oro y plata, para orar ante las reliquias de San Sergio. No hay sitio en la iglesia para los numerosos feligreses que acuden al monasterio los días de fiesta.

No lejos está la iglesia del Descenso del Espíritu Santo (1476). A primera vista parece a la de Santísima Trinidad, pero su rasgo peculiar es el campanario ubicado bajo la cúpula.

La iglesia de la Asunción (1559-1585) es la más grande del monasterio y sin duda atrae atención con las maravillosas cúpulas color azul decoradas con estrellas doradas que se ven desde lo más lejos.

El edificio más extraordinario es la iglesia de San Sergio (1686-1692), construida en el estilo barroco moscovita, alberga una sala de recepción de 500 metros cuadrados sin una sola columna de sustento.

Y por fin, el campanario (1741-1768), es uno de los monumentos más destacados de la arquitectura rusa del siglo XVIII. Anteriormente, contaba con un conjunto singular de campanas, la mayoría de las cuales fueron destruidas por los bolcheviques, incluida la mayor campana de Rusia, de 64 toneladas. Ahora a la oración en el monasterio llama su sucesora, de 72 toneladas. Según los monjes campaneros, el tañido de las campanas se oye a decenas de kilómetros a la redonda.


El cofre de la sabiduría cristiana

Junto con la comunidad monástica el convento alberga un seminario, también una academia teológica, y una editorial.

Hay que destacar aparte el llamado gabinete arqueológico eclesiástico,  un museo de 20.000 piezas con antigüedades de pintura eclesiástica, íconos, numismática, manuscritos y libros impresos antiguamente. Entre las muestras está uno de los cuadros del pintor español Luis de Morales que data del siglo XVI.


Y si entran deseos de comer…

Al saciar el alma vale la pena pasar por una pequeña cafetería a la entrada en el monasterio para probar los riquísimos empanadillos hechos en el monasterio y descansar un poco antes de dar la vuelta por la cuidad. Los más glotones todavía pueden visitar uno de los restaurantes en frente del monasterio y disfrutar de la típica comida rusa, con ensaladas, sopa de remolacha, croquetas y kvas.

Serguiev Posad también es la capital del juguete ruso

Serguiev Posad también es un centro artesano y a menudo se la denomina como “la capital del juguete ruso”. A lo largo de tres siglos la ciudad y sus alrededores desarrolló la industria del juguete. Y es aquí donde se encuentra el famoso museo del juguete con más de 30.000 piezas expuestas que son juguetes de madera, cartón piedra y porcelana de todo el mundo, junto con una de las primeras matrioshkas fabricadas en Rusia. La tradición y la herencia artesanal se manifiestan en los festivales anuales que se celebran aquí. 


La Patria de Grullas

Las afueras de Serguiev Posad, con sus bosques, tierras pantanosas y prados, representan la naturaleza típica de la Rusia central. Es territorio de reserva natural denominada “La patria de grulla”, protegido por las autoridades, habitado por casi todos los animales típicos para la parte central rusa. Lo más fascinante son los numerosos pájaros palustres. La riqueza ornitológica integra grullas, cigüeñas, lechuzas polares, un total de 218 especies.

Transporte

Ubicada a unos 70 kilómetros noreste de Moscú, Serguiev Posad tiene buena comunicación con la capital, así que cada uno quien lo desee puede realizar un viaje en un tren de cercanía desde la estación de ferrocarril Yaroslavski de Moscú o en un autobús desde las estaciones de metro VDNJ o Schelkovskaya. Los trenes y autobuses circulan desde la hora más temprana hasta la noche.

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