Las memorias de George W. Bush o los intentos para justificarse

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Todas las memorias políticas, especialmente las de ex presidentes o primeros ministros, se publican en mayor o menor medida, para justificar sus acciones ante la opinión pública y la historia.

Todas las memorias políticas, especialmente las de ex presidentes o primeros ministros, se publican en mayor o menor medida, para justificar sus acciones ante la opinión pública y la historia.

Aunque como género literario y filosófico las memorias deberían generar un espacio para reflexionar e interpretar los hechos del pasado, hoy en día, este tipo de trabajos se parece más bien a un ataque preventivo. Los políticos recurren a tales publicaciones para definir su papel en la historia antes de que lo hagan los propios historiadores.

George W. Bush, el 43º presidente de Estados Unidos, tras el término de su mandato esperó casi dos años para volver a la escena pública con la publicación de sus memorias. El libro de 497 páginas divididas en 14 capítulos fue titulado "Momentos Decisivos" ("Decision Points").

Los catorce capítulos describen catorce momentos decisivos que afrontó Bush en su vida y durante su presidencia, cuando se vio ante el dilema de dar un golpe sobre la mesa y tomar la decisión fundamental o esconderse bajo la misma mesa y cubrirse de vergüenza él y EEUU.
Según enfatizó Bush casi todos los capítulos, este es el pecado más grave que puede cometer un patriota estadounidense.

Entre las decisiones citadas figuran las tomadas después del 11-S,  como las invasiones de Afganistán e Iraq, las torturas de los musulmanes presos en Guantánamo, la reacción tras el huracán Katrina y la crisis financiera global.

Entre otros detalles, Bush recuerda que Israel le pidió que bombardeara supuestas plantas nucleares en Siria e Irán y como él rechazó esa petición de forma muy sutil tras analizar los pros y contra.

Los argumentos que utiliza Bush para justificarse son conocidos y poco originales. El ex presidente estadounidense afirma que a pesar de sus errores, en general sus decisiones fueron justas y ventajosas para todo el mundo inclusive para Afganistán  Iraq y  Oriente Próximo, y especialmente para EEUU y Europa.

“Fui encargado para proteger a EEUU. Las decisiones que tomé fueron necesarias... Me da igual cómo me juzguen. Estuve al servicio, entregué todas mis fuerzas y estoy satisfecho”, dijo Bush en su entrevista a una cadena de televisión estadounidense.

Las memorias del presidente parecen el perdón de los pecados

“Cuando lea una biografía recuerde que la verdad nunca se publica”, dijo con agudo sentido del humor el famoso escritor y dramaturgo, Bernard Shaw. Los que están interesados en absolución de los pecados mediante las memorias pueden leer la obra de Bush cuyos fragmentos ya han sido difundidos por Internet.

Los "Momentos decisivos" no contienen ninguna noticia bomba, porque Bush ya reconoció y justificó todos los errores cometidos durante su mandato. No hay nada nuevo sobre las armas de destrucción masiva que nunca existieron en Iraq y que abrieron la puerta a la guerra de Iraq y que EEUU logró salvar el mundo de Saddam Husein, etc, etc.
Bush afirma que le da igual cómo le juzgan, pero es evidentemente una exageración. Uno no puede cambiar el pasado, pero los políticos que tomen la pluma seguramente quieren introducir algunos que otros cambios en la historia.
Durante toda la época de postguerra, desde la Segunda Guerra Mindial, ningún presidente de EEUU se atrevió a publicar memorias con una importancia histórica real,  además de su valor literario.

Y no obstante, esos libros no son tan malos. Por ejemplo, las memorias de Bush es un libro competente y legible aunque algo trivial, como las caracterizó un periódico estadounidense, al destacar que en sus páginas aún se puede encontrar su estilo y expresiones típicas entre líneas.
A lo mejor, este tipo de publicaciones deben ser interesantes para aquellos que se dediquen a estudiar a los presidentes de EEUU o a los especialistas en  psicología presidencial, ya que para otros asuntos, estos libros resultan muy aburridos.

Entre las memorias escritas por los presidentes de EEUU tan sólo merecen la atención “Memorias Personales” (Personal Memoirs) de Ulysses S. Grant publicadas en 1885-86 y dos volumenes de Harry Truman (1945-1953)  “Año de Decisiones” (Year of Decisions) y “Años del ensayo y de la esperanza” (Years of Trial and Hope).
Grant describió su carrera militar casi sin mencionar su presidencia en las memorias. Las citadas obras tuvieron éxito porque sus autores las escribieron con fines comerciales, esperando ganar dinero para pagar sus deudas. Grant y Truman se vieron obligados a escribir algo que se vendiera bien, algo interesante y útil para sus contemporáneos y descendientes, y sus obras no tienen  nada que ver con las recientemente publicadas 497 páginas de justificación.

¿Quién necesita las memorias de George W. Bush?

Al parecer, las memorias presidenciales describen el pasado. Pero no cabe ninguna duda de que en las memorias de Bush más bien se trata del presente e incluso del futuro.
Su publicación hasta coincidió con las elecciones intermedias en EEUU celebradas el pasado 2 de noviembre, en las que los demócratas perdieron la mayoría en la Cámara de Representantes, sufrieron un recorte en el Senado y perdieron diez gobernaciones.
La política de George W. Bush todavía sigue viva en EEUU. Barack Obama heredó de su antecesor republicano dos guerras en Iraq y Afganistán, la crisis financiera global más grave desde la época de la Segunda Guerra Mundial, serios problemas de inmigración y desempleo, etc.

Si los republicanos quieren que un candidado de su partido ocupe el sillón presidencial tras las elecciones de 2012, deben justificar a Bush y sus "Momentos decisivos" persiguen este objetuvo.
La justificación de Bush es más necesaria para el Partido Republicano que para el propio ex mandatario estadounidense. Si los republicanos logran vender al electorado esta nueva imagen de Bush, un patriota que reconoce sus errores pero nunca pide perdón por entregar todas sus fuerzas a su país, bien podrán volver a la Casa Blanca.

La publicación de las memorias sólo da comienzo al proceso de rehabilitación. El próximo 16 de noviembre, la ceremonia de fundación de la nueva biblioteca presidencial George W. Bush se celebrará en Dallas. Esta biblioteca albergará un museo y exposiciones en homenaje al 11-S y guerras en Iraq y Afganistán, además de todos los atributos indispensables de educación patriótica.

Todos los que duden  del éxito de esta rehabilitación de Bush se equivocan.

LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE RIA NOVOSTI

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