Rusia comienza nueva etapa de relaciones con países de la ASEAN

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Dmitri Kosirev, RIA Novosti

El pasado jueves en una reunión de cancilleres en Hanoi se habló de la política de Rusia en la región del sudeste asiático. Pero, la noticia más importante relativa a los intereses de Rusia en esa región ocurrió un día antes en Londres.  Una noticia valorada en 3.400 millones de dólares (aunque, si se miran bien las cifras, podrían ser 5.000 millones).

En Hanoi, los ministros de Asuntos Exteriores de Rusia y de los países miembros de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) celebraron una reunión rutinaria que tiene lugar una vez al año a finales de julio y que se conoce como la "semana de la ASEAN".

En ella, los ministros de los diez países miembros inicialmente se reúnen por separado y, a continuación, invitan a participar en la reunión a colegas de otras regiones del mundo. Y, con cada uno de ellos, analizan el estado de las relaciones mutuas bajos lo formatos,  China-ASEAN, Rusia-ASEAN, EE.UU.-ASEAN, etc.

En Londres, en la Salón Aeronáutico Internacional de Farnborough 2010, la empresa rusa Irkut firmó en estos días un contrato con la empresa malasia Crecom Burj Resources para la venta de 50 aviones rusos de alcance intermedio MC-21 de nueva generación, contrato valorado en 3.400 millones de dólares.

Hace unos días, en Kuala Lumpur, donde se concertó el acuerdo, se mencionó otra cifra —5.000 millones- que incluye todos los trabajos complementarios que suelen llevar aparejados este tipo de contratos relacionadas con la compra-venta de altas tecnologías.

Desde 1991, la  industria aeronáutica rusa no había firmado contratos de esas proporciones, lo cual es especialmente significativo, sobre todo si se tiene en cuenta que se trata de un avión que todavía no ha entrado en fase de producción en serie.

Al parecer, Malasia tenía máximo interés en adquirir esos 50 aviones y trató que nadie se les adelantara. Y es verdad, ya  que, en Londres, hubo  más pedidos: diversos países encargaron otros 90 aviones.

Malasia es miembro de la ASEAN, y conviene recordar que se trata de un espacio económico bastante integrado. No tendría nada de extraño que, después de Malasia, otros países de la zona como Singapur, Laos o Indonesia,  también quieran comprar aviones MC-21.

Este contrato está llamado a producir un importante cambio de signo en el comercio de Rusia con los países de la ASEAN. Hasta la firma de este contrato el comercio entre Rusia y los diez países de la ASEAN llegó a superar los 10.000 millones, durante la crisis económica cayó y ahora se está recuperando. El contrato firmado con Malasia hará que esta curva crezca con más rapidez.

Y aquí resulta oportuno enlazar el programa para la modernización de la economía y la industria de Rusia: es decir,  quiénes deben ser nuestros socios en este proyecto. Si se descuenta el componente de productos derivados del gas y del petróleo, resulta que nuestras exportaciones no se dirigen a Europa y mucho menos a los EE.UU.

En lo que se refiere a la importación de bienes de equipo y otros productos de alto valor añadido y alto contenido tecnológico, los socios principales son Europa, Japón y EE.UU.

Sin embargo, los clientes principales de los productos rusos de alta tecnología  (tecnología nuclear de uso civil, aviación militar y civil, nuevos materiales, etc.) no son esos países.Los que desean o pueden comprarlos son los países del Sur de Asia (esto es, fundamentalmente la India), Asia Oriental (esto es, China), Asia Sudoriental, así como América Latina (fundamentalmente Brasil).

He aquí, en breve, las posibilidades de desarrollo de Rusia. Como ilustración vale recordar a las palabras pronunciadas por el presidente ruso, Dmitri Medvédev, en Jabarovsk que equivocadamente se interpretan como un "cambio de prioridades".

Quizá se pueda hablar de cambio en relación con la CEI (con la que, por otro lado, estaba todo bastante claro desde hace tiempo). Pero no por lo que se refiere al impulso de las relaciones con Oriente: en el caso de los países de la ASEAN, desde finales de los 90 se vienen realizando intentos de colocar allí nuestros productos tecnológicos.

No se puede decir en ningún caso que éste haya sido un camino de rosas. En los foros de negocios con participación rusa y de los países de la ASEAN, Moscú ofrecía los mejores productos: el proyecto de centrales nucleares flotantes, los ekranoplanos, el avión Be-200 y muchas otras cosas.

Proyectos todos ellos quizá demasiado grandiosos. Al fin y al cabo, aquellos intentos tuvieron éxito sólo en la esfera militar. Y un mercado nuevo es un mercado nuevo.

Moscú esperaba valerse de las estructuras de la ASEAN para lograr una penetración más rápida en los mercados de la región. Sin embargo, esas estructuras parecen adolecer de los mismos problemas que hay que sortear ante la burocracia de la Unión Europea (UE): es posible llegar a acuerdos con cada uno de los países por separado, pero es muy complicado conseguirlo con todos en conjunto.

Y además todo se vio complicado por la situación con las cumbres Rusia-ASEAN y la de Asia Oriental. No a cada socio de la Asociación se le concede el honor de participar en las cumbres anuales, sin embargo, a Rusia, sí. La primera cumbre con la participación de Rusia fue la de Kuala Lumpur en 2005.

No obstante, posteriormente el Presidente de Rusia, Vladimir Putin, se negó a seguir participando en aquellas reuniones por no coadyuvar la ASEAN en nada al desarrollo de la cooperación económica. Otra razón para su renuncia eran ciertas maniobras entre bastidores que tenían que ver con la participación de Rusia en las cumbres de Asia Oriental.

A Washington le era insoportable la idea de que Rusia, aun siendo, a diferencia de Estados Unidos, un país asiático, participaría en unas reuniones a las EE.UU. no tendrían acceso. Como en la ASEAN existe el principio de consenso, no era difícil encontrar a un miembro que "bloqueara" la participación de Rusia,

Y así llegamos a la reunión de los ministros de asuntos exteriores de Rusia y de la ASEAN de Hanoi. Las noticias que han llegado de Hanoi confirman que los líderes de la ASEAN han decidido invitar a las cumbres de los líderes de Asia Oriental a Rusia y a los EE.UU.

Los tiempos han cambiado, así que ya no tiene sentido para EEUU bloquear a Rusia en todos los foros. De este modo, ambos presidentes tendrán ocasión de comprobar por ellos mismos hasta qué punto estas cumbres tienen alguna utilidad.

Por lo que se refiere a la vuelta de Rusia a otras cumbres —las que tienen lugar cada otoño entre los miembros de la ASEAN y sus socios más cercanos- era una decisión que conocía Moscú desde hace ya tiempo.

En vísperas de su viaje a Hanoi, el Ministro ruso de Asuntos Exteriores, Serguei Lavrov, recordó que la segunda cumbre ASEAN-Rusia tendrá lugar en Hanoi a finales de octubre; y que en la conferencia de los ministros de exteriores se discutirían precisamente qué propuestas concretas y qué ideas se presentarían en la cumbre.

Es evidente que hoy Asia es una prioridad para Rusia todavía más importante que hace cinco años. Pero no estaría de más conocer exactamente qué esferas de colaboración se ofrecerán a Moscú. 

 ¿Su integración en el programa de desarrollo del río Mekong? ¿El desarrollo de la energía nuclear en la región? En la esfera de la aviación civil, al parecer, no se detectan problemas.

 LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE RIA NOVOSTI

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