A diferencia de lo que sucede con las FF.AA., los recortes de plantilla no afectarán a las tropas del Ministerio ruso del Interior, escribe hoy la prensa local citando al general de ejército Nikolái Rogozhkin, jefe de este contingente. Expertos atribuyen esta noticia al peligro de protestas masivas a raíz de la crisis.
El departamento del Interior tenía previsto reducir sus tropas de 170 a 120-140 mil efectivos para el año 2015 pero ayer se supo que la plantilla se mantendrá "al nivel de antes para cumplir las tareas asignadas".
"Los dirigentes del Estado han cambiado porque la situación actual debe de parecerles poco estable", explicó una fuente de las tropas del Interior.
"Nadie admitirá en público que se requieren tropas adicionales para aplastar disturbios", dijo por su parte un oficial del aparato central del Interior.
Valeri Rashkin, uno de los directivos del Partido Comunista de Rusia, no duda en vincular la suspensión de los recortes en las tropas del Interior con los crecientes síntomas de la crisis económica y la necesidad de reaccionar a los posibles desórdenes.
Las primeras consecuencias de la crisis y algunas decisiones impopulares del Gobierno ya generaron varias protestas callejeras. Varios miles de automovilistas salieron hace poco a las calles de Vladivostok para protestar contra la subida de aranceles sobre los coches importados de segunda mano. También denunciaron la subsistencia de altos precios del combustible, el encarecimiento de productos alimenticios y servicios comunitarios, el creciente desempleo y la estratificación económica. Se contempla que en otras ciudades de la costa rusa del Pacífico habrá protestas similares el próximo 21 de diciembre.
Las estructuras regionales del Ministerio del Interior ya procedieron a la creación de grupos especiales anticrisis. Sus colegas de Seguridad también esperan acciones de protesta. La multiplicación de las deudas salariales contribuye a echar leña al fuego: según las estadísticas oficiales, la morosidad en el pago de los sueldos se elevó en un 93% el pasado mes de noviembre, hasta alcanzar 7.765 millones de rublos (más de 281 millones de dólares al tipo de cambio actual).
El politólogo Stanislav Belkovski piensa que "al Kremlin le quedan dos opciones: hacer puntuales inyecciones financieras o dispersar los mítines con la ayuda de las tropas del Interior". El descontento popular, en opinión de este experto, llegará a su auge en el primer trimestre de 2009, "cuando a los manifestantes se sumen las personas despojada de su vivienda por el impago de créditos hipotecarios".
