Ya hace cinco años que se está hablando de la caída del dólar. Pero éste como si nada. Es más, fue rebajada la tasa de la Reserva Federal y el dólar empezó a subir. Nadie duda que la economía de EEUU está viviendo unos tiempos difíciles. Siete años atrás ese país tenía un notable superávit y decidía él mismo en qué gastar ese dinero. Hoy, en cambio, hay un déficit y se siente desconfianza hacia la política de Washington. Ello se debe ante todo a la guerra en Iraq porque afecta el clima empresarial. Además, sigue creciendo la deuda pública. Al mismo tiempo la economía norteamericana continúa siendo la más vigorosa del mundo.
También se habla de que va acentuándose la competencia con China. Pero los chinos entran en EEUU sólo artículos de amplio uso, mientras que los productos innovativos los produce EEUU. Claro, el año siguiente se celebrarán las elecciones presidenciales y la nueva Administración tendrá que corregir las faltas cometidas. Éstas han desarreglado un poco la economía del país pero de ningún modo la han dejado arrinconada. De manera que son inconsistentes los pronósticos de que la economía de EEUU pronto "se hundirá" y otros países tomarán la delantera.
Rusia, por su parte, no debe dejar que la arrullen con el cuento de la inminente muerte del dólar. Lo que necesita es competir para hacerse con las posiciones que ha logrado la economía norteamericana.
Hay que intentar fortalecer las posiciones del rublo en el mundo. Rusia debe tener un programa de desarrollo a partir de la competitividad. Sólo cuando la diferencia entre la cotización del rublo en el mercado y la paridad del poder adquisitivo llegue a ser de uno a uno, como en los países industrializados, entonces el rublo ya podrá competir equitativamente con el dólar y el euro.
(Por Yevgueni Yasin, dirigente científico de la Escuela Superior de Economía)
