Moscú, 4 de mayo, RIA Novosti. Rusia es el blanco principal del sistema de defensa antimisil que EEUU quiere instalar en Europa, opina Yuri Baluievski, jefe del Estado Mayor General del Ejército ruso.
Cuando Washington habla de Corea del Norte e Irán, "no hace más que encubrir el objetivo real de dicho sistema que es alterar el equilibrio estratégico en beneficio propio, creando las condiciones para un uso más eficaz de las fuerzas estratégicas nucleares", escribe Baluievski en un artículo publicado el viernes en el rotativo Rossiyskaia Gaceta. "Rusia es el blanco principal de la zona de defensa antimisil en Europa", afirma él.
El escudo antimisil en Europa forma parte de un sistema global, puede ser reforzado, ampliarse hacia nuevos países como Ucrania o Georgia y hasta ser usado para instalar en los mismos silos los misiles balísticos de mediano y largo alcance, advierte Baluievski. El despliegue de estos elementos en Europa provocaría una nueva espiral de la carrera armamentista, piensa él.
"El régimen del control sobre los armamentos va degradando tanto al nivel regional como a escala global", constata el alto militar ruso. "EEUU sigue destruyendo de forma unilateral y metódica el mecanismo internacional del desarme y el control de armamentos creado en la segunda mitad del siglo XX, durante la confrontación encarnizada de la Guerra Fría", escribe él.
Pruebas de ello son la decisión estadounidense de abandonar el Tratado de Defensa Antimisil (DAM), en diciembre de 2001, y la nueva doctrina nuclear de EEUU que, además de bajar el umbral para el uso de las armas nucleares, las transforma de un medio de disuasión político en una herramienta para el campo de batalla, precisa Baluievski.
Incrementa el riesgo de aparición y uso de las armas nucleares de baja potencia o misiles intercontinentales dotados de ojivas convencionales; también hay amenaza de militarización del espacio extraterrestre y destrucción total del Tratado sobre las Fuerzas Armadas Convencionales en Europa (FACE), recuerda Baluievski.
Por su influencia en la estabilidad estratégica en la Europa de hoy, la defensa antimisil es "una herramienta que en igual grado puede contribuir a la estabilidad europea o dar pie a nueva etapa de la confrontación", opina el militar ruso.
Según Baluievski, es necesario analizar el problema DAM sobre una base amplia, probablemente, en el marco del Consejo Rusia-OTAN e invitar a este diálogo a otros países europeos que no pertenecen a la Alianza Noratlántica. A partir de tal análisis, se podría perfilar un sistema DAM realmente necesario para Europa, tomando en cuenta los gastos financieros que implica su creación y contemplando iguales garantías de seguridad para todos los participantes de este proceso, piensa el militar ruso.
Altos funcionarios de EEUU se empeñan en convencer a la opinión pública de que el escudo antimisil en Europa beneficiaría a todos, recuerda Baluievski, pero el planteamiento de Washington, si se traduce al lenguaje común, es en realidad el siguiente: "Vivimos en la misma calle que Uds. y les proponemos minar su casa para volar dentro a los terroristas, en caso de que penetren en ella camino a la nuestra. Para que Uds. no se preocupen, les informaremos todos los días acerca de cómo avanza la colocación de explosivos y hasta les vamos a invitar a la ceremonia de su activación. Cuando hayamos terminado esta labor, también les avisaremos. Uds. no tienen por qué preocuparse, pueden vivir largo tiempo y felices en su casa porque somos sus amigos. Eso sí, definiremos por cuenta propia la hora de apretar el detonador", explica Baluievski.
En la situación actual, "nuestra obligación es examinar las posibles maneras de neutralizar la amenaza potencial con métodos militares", constata el alto militar ruso. "Tanto en los tiempos de la Guerra Fría como en la actualidad, el principio de la disuasión.. sigue siendo un recurso eficaz para la prevención de conflictos, nucleares o de otra índole. Para lograr este objetivo, pueden usarse todos los medios que obran en poder del Ejército y del Estado en su conjunto", escribe él.
