Los países de Europa del Norte están tan preocupados por la creciente dependencia de Rusia en materia de suministros de energía que, protegiendo sus mercados, adoptan decisiones políticas desventajosas desde el punto económico.
El mes pasado, el Gobierno de Suecia comunicó que no apoyaría el tendido de la "bifurcación sueca" del gasoducto subacuático ruso-alemán, aunque el lobby industrial escandinavo aplicó no pocos esfuerzos por conseguirlo. A comienzos de diciembre, Estonia redujo sus vínculos energéticos con Rusia. Por el fondo del Golfo de Finlandia se tendió un cable eléctrico entre Helsinki y Tallinn. El coste del proyecto ronda los 200 millones de euro. Expertos destacan que la electricidad suministrada por Finlandia será casi dos veces más cara que la rusa y que el tendido del cable perseguía objetivos netamente políticos.
La semana pasada, el ministro de Comercio e Industria de Finlandia, Mauri Pekkarinen, rechazó la solicitud de la compañía rusa United Power de tender un cable de 1.000 megavatios por el fondo del Golfo de Finlandia. Al explicar los motivos del rechazo, el titular finlandés comentó que cumplía la voluntad de la mayoría de los partidos políticos, preocupados por dependencia energética de Rusia. Por que si el cable se tendiera, la generación de electricidad en Finlandia se situaría por debajo del actual 34%, lo que, en opinión de Pekkarinen, encierra peligro para el país. El cable subacuático ruso tenía muchos influyentes adversarios en Finlandia, antes que nada, en la persona de compañías energéticas locales preocupadas que el aumento en el doble de los suministros de la electricidad rusa haría rebajar drásticamente los precios en la plaza noreuropea de energía eléctrica. Tan sólo este año, dichos precios subieron casi el 70% y, según se pronostica, continuarán creciendo. Una de las causas de ello es el incremento de la demanda que de energía tiene la industria europea, demanda que no puede ser cubierta con cargo a los recursos internos. En Suecia, por ejemplo, se está implementando el programa de clausura paulatina de las centrales electronucleares, mientras la energía generada por centrales hidroeléctricas va encareciendo debido a las sequías de los últimos años y a la consiguiente caída del nivel de agua en los embalses.
