Moscú / Tbilisi, 10 de julio, RIA Novosti. El asesinato de Oleg Alborov, un alto funcionario de la república rebelde de Osetia del Sur, ha provocado un violento intercambio de acusaciones entre Tskhinvali y Tbilisi y podría llevar a la incandescencia la de por sí tensa situación en la zona del conflicto.
Alborov, secretario del Consejo de Seguridad de esta república secesionista, murió en la madrugada del domingo cerca del garaje de su casa en Tskhinvali, por detonación de un artefacto explosivo de control remoto.
Murat Dzhioev, ministro de Exteriores surosetio, afirmó que el asesinato había sido planeado por servicios secretos de Georgia y representa un primer paso hacia la eliminación física de los altos dirigentes de Osetia del Sur. Él trazó un paralelo entre ese atentado y la reciente explosión de un minibús en Tiraspol, capital de la república rebelde del Dniéster (en el territorio de Moldavia), con un saldo de 7 muertos y 23 heridos. En el mismo sentido se pronunció ayer Mikhail Mindzaev, responsable del Interior en el Gobierno de Osetia del Sur. ‘Georgia empieza a implementar el plan que había anunciado, y el objetivo es liquidar a la cúpula de Osetia del Sur' - declaró él.
Georgy Arveladze, jefe de la Administración Presidencial de Georgia, sostiene a su vez que el asesinato de Alborov testimonia la ‘transición de Tskhinvali a una fase del terror político'. ‘Esta zona de Georgia todavía es gobernada por el régimen de Kokoity (Nota: Eduard Kokoity, presidente de la república secesionista de Osetia del Sur), que son unos terroristas y unos criminales, y mientras ello se mantengan allí, seguirán pasando cosas como ésa'.
