Un multitudinario funeral en la Catedral de Sevilla, presidido por la infanta Elena, hermana del rey Felipe VI, supuso el último adiós a la Duquesa de Alba, la aristócrata con más títulos nobiliarios del mundo y una de las diez mujeres más ricas de España.
María del Rosario Cayetana Fitz-James Stuart y Silva, conocida como Cayetana de Alba o duquesa de Alba, falleció ayer a los 88 años en el Palacio de Dueñas, en Sevilla, rodeada por su tercer marido y sus seis hijos.
Cayetana de Alba ingresó el pasado domingo en un hospital de Sevilla para regresar a su casa el martes por decisión propia y de su familia.
La aristócrata padecía insuficiencia respiratoria y arritmia cardíaca.
"Ha muerto la duquesa de Alba en avanzada edad, pero la vejez no se mide por el número de años, sino por una vida llena de nobleza y de bondad", dijo durante el sermón fúnebre el cardenal Amigo Vallejo.
La aristócrata será incinerada esta tarde en el cementerio de San Fernando de Sevilla.
Sus cenizas serán repartidas entre la iglesia del Cristo de los Gitanos en Sevilla –por quien la duquesa sentía auténtica devoción– y el panteón familiar en el Monasterio de la Inmaculada Concepción, en Loeches (Madrid), en donde ya reposan sus dos primeros maridos.
Cerca de 80.000 personas visitaron los restos mortales de Cayetana de Alba en la capilla ardiente instalada en el ayuntamiento de la capital hispalense desde ayer jueves y por el que pasaron representantes de la élite política y económica española.
La delegada del Gobierno español en Andalucía, Carmen Crespo, trasladó el pésame del Ejecutivo a los familiares de la fallecida de la que dijo "ha supuesto la libertad en sí misma".
Cayetana, conocida por sus excentricidades y su rebeldía ante las convenciones, es Hija Predilecta de Andalucía, y, según las autoridades andaluzas, "ha representado como nadie la cultura y la solidaridad en esta tierra", por lo que "hoy había que estar aquí con ella".
Políticos de todas las formaciones han mostrado su respeto por una Duquesa que quiso romper moldes, pero pocos recordaron sus continuos pleitos con sindicalistas y agricultores.
La Duquesa, una de las mayores terratenientes de España, logró que el 90% de su patrimonio estuviera exento del pago de impuestos.
Deja un fortuna de más de 3.000 millones de euros y unas de las colecciones de arte privado más importantes del mundo.
Su hijo primogénito hereda ahora el titulo y la Fundación Casa de Alba, que gestiona el patrimonio de esta familia que tiene sus orígenes en el siglo XIV y que cuenta con figuras históricamente tan relevantes como el conde-duque de Olivares o el duque de Berwick.
