Al menos nueve personas murieron y más de 20 recibieron heridas de diversa consideración al estallar hoy una bomba al paso de un autobús en la provincia central afgana de Wardak, informaron agencias.
Las autoridades locales responsabilizaron del atentado a los milicianos del movimiento radical Talibán.
Las tropas especiales estadounidenses traspasaron el 20 de marzo pasado la seguridad de esta provincia al Ejército afgano y a la policía nacional, en virtud del acuerdo que alcanzaron el presidente de Afganistán, Hamid Karzai, y el jefe de la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad en Afganistán (ISAF), general Joseph Dunford.
Entretanto, el Ministerio de Defensa afgano advirtió anteriormente que la retirada de los soldados estadounidenses de Wardak podría perjudicar la seguridad en la región.
Hace días, el general James Mattis, jefe del comando de las fuerzas de EEUU en Medio Oriente y sur de Asia (Centcom) recomendó al Senado dejar 13.600 soldados estadounidenses en Afganistán después de 2014. Mattis fue el primer militar de alto rango que indicó el número de los militares que el Pentágono debería mantener en Afganistán. Antes la Casa Blanca señalaba las cifras de 6.000 a 9.000 efectivos.
Actualmente, en Afganistán se encuentran unos 66.000 soldados estadounidenses. El presidente Barack Obama declaró hace poco que durante el año en curso 34.000 regresarán a la patria y que hacia el año 2014 la operación de combate concluirá.
La misión de la OTAN conocida como la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad en Afganistán dispone actualmente de unos 100.000 efectivos en total. El grueso se retirará del país hacia finales de 2014, traspasando el control sobre la situación en el territorio afgano a las fuerzas de seguridad locales, de unos 350.000 efectivos.
